lunes, 29 de octubre de 2012

EVIDENCIAS JUAN JERONIMO


Cuento fantástico
Existió un país donde todos eran felices y donde todo era abundante y el huevo estaba

rato, sin embargo no todo era real porque fuera de ese país todo era penumbra  pero que a sus ciudadanos eran preparados ,sabios y capaces aunque  en ella vivía un malvado hechicero llamado Ricardo de alguna u otra forma era un no obstante los habitantes la mataron con una pistola de agua ya bien moría ya bien vivía porque este brujo se alimentaba de huevo porque era su máxima fuente de poder esto estaba bien fibroso más bien loco si no que él era un ser inteligente bien un ser mixtico e iluminado y de repente llegaron los marcianos y bailaron cha,cha,chaaa….bien perezoso bailaron con Darwin despertó y digo ahora que pues ora mal sueño tuve

POEMA.
A lo lejos:
Ante mí no te tengo
Bajo el cielo me pongo a llorar
Cabe resaltar que me haces fala

Con mi tristeza peleo contra mis pensamientos
De resentimiento
En la mañana entre mi sentir me fui
Hacia Acapulco
Hasta (olvidar mis penas) a embriagarme

Para olvidarte
Porque me haces demasiado
Daño pensaren ti
Según yo ya estoy olvidando sobre otros


HISTORIA TERROR.
CAMINO A LA ESCUELA
En una madrugada fría y tenebrosa, Edgar iba saliendo de su casa para ir a la escuela, el camino hacia la parada de autobús de repente vio caminar a dos mujeres vestidas de blanco que iba hacia él, pero que en realidad nunca llegaron a donde estaba Edgar, se sorprendió muchísimo y en seguida paso  el autobús que iba hacia su destino, lo abordo y tomo un asiento pegado a la ventanilla, se asomo para ver a las dos mujeres que lo habían sorprendido pero no vio nada, tal fue su impresión que quedo anonadado, su rostro mostraba mucho miedo, no podía moverse, y empezó a escuchar su nombre –Edgar, Edgar…- con una voz en un tono muy bajo, conforme pasaba el tiempo la voz se escuchaba mas fuerte y eso lo tenia muy espantado porque con ansia y desesperación nombraban su nombre, él trato de tranquilizarse  pero no pudo hacerlo porque en el transcurso oía que mencionaban su nombre –Edgar, Edgar…-mucho mas cerca, el trato de ver a esas dos mujeres, sin embargo no podía verlas por ningún lado, eso lo aterrorizo mas; al llegar a la escuela se dijo entre sí mismo –No sé que hago aquí no soporto el miedo que me invade-, de inmediato se regreso a su casa y ahí tubo la misma visión de aquellas dos mujeres.
El detalle esta en que estas dos mujeres de blanco se acercaban más y más, él aterrorizado decidió correr pero estas dos damas no desaparecieron, al llegar a la avenida grito –Ayúdenme por favor- pero nadiele hizo caso, observo nuevamente y no vio nada, se habían esfumado, Edgar estaba nuevamente solo en la calle, su mente estaba pasmada no sabia como comprender estas apariencias, su espalda estaba arañada con la playera destrozada, enfrente recorrió un sudor frío y de pronto después  de un abrir y cerrar de ojos aparecieron las dos mujeres frente a él y le dijeron –Vas a ser nuestro y nada mas, nadie te salvara- Edgar les respondió –No voy a ser de nadie así que déjenme en paz -;  era neblina espesa las rodeaba, las damas de blanco no estaban tocando piso sino flotaban, sus labios no se podían mover pero Edgar las podía escuchar, él se quedo inmóvil, sus piernas ya no le respondían, sus latidos eran enormes, cada golpe de bombeo se provocaba un zumbido en los oídos y le temblaba la vista, el sudor se intensifico, un nudo en su garganta se le hizo tan grande que le costaba trabajo respirar, poco a poco la vista se le iba nublando hasta quedar en la amarga obscuridad. Las dos mujeres robaron su alma  y se dijeron una a la otra –Por fin vamos a descansar en paz el ya esta con nosotras-, y si el cuerpo de Edgar quedo vacío sin razón y nadie supo realmente que paso con él, la gente decía que dos mujeres penaban en ese lugar desde hace mucho tiempo, las dos damas eran llamadas Minerva y Rosaura; lo que nunca se supo porque sus almas desaparecieron.

 HISTORIA TERROR.
CAMINO A LA ESCUELA
En una madrugada fría y tenebrosa, Edgar iba saliendo de su casa para ir a la escuela, el camino hacia la parada de autobús de repente vio caminar a dos mujeres vestidas de blanco que iba hacia él, pero que en realidad nunca llegaron a donde estaba Edgar, se sorprendió muchísimo y en seguida paso  el autobús que iba hacia su destino, lo abordo y tomo un asiento pegado a la ventanilla, se asomo para ver a las dos mujeres que lo habían sorprendido pero no vio nada, tal fue su impresión que quedo anonadado, su rostro mostraba mucho miedo, no podía moverse, y empezó a escuchar su nombre –Edgar, Edgar…- con una voz en un tono muy bajo, conforme pasaba el tiempo la voz se escuchaba mas fuerte y eso lo tenia muy espantado porque con ansia y desesperación nombraban su nombre, él trato de tranquilizarse  pero no pudo hacerlo porque en el transcurso oía que mencionaban su nombre –Edgar, Edgar…-mucho mas cerca, el trato de ver a esas dos mujeres, sin embargo no podía verlas por ningún lado, eso lo aterrorizo mas; al llegar a la escuela se dijo entre sí mismo –No sé que hago aquí no soporto el miedo que me invade-, de inmediato se regreso a su casa y ahí tubo la misma visión de aquellas dos mujeres.
El detalle esta en que estas dos mujeres de blanco se acercaban más y más, él aterrorizado decidió correr pero estas dos damas no desaparecieron, al llegar a la avenida grito –Ayúdenme por favor- pero nadiele hizo caso, observo nuevamente y no vio nada, se habían esfumado, Edgar estaba nuevamente solo en la calle, su mente estaba pasmada no sabia como comprender estas apariencias, su espalda estaba arañada con la playera destrozada, enfrente recorrió un sudor frío y de pronto después  de un abrir y cerrar de ojos aparecieron las dos mujeres frente a él y le dijeron –Vas a ser nuestro y nada mas, nadie te salvara- Edgar les respondió –No voy a ser de nadie así que déjenme en paz -;  era neblina espesa las rodeaba, las damas de blanco no estaban tocando piso sino flotaban, sus labios no se podían mover pero Edgar las podía escuchar, él se quedo inmóvil, sus piernas ya no le respondían, sus latidos eran enormes, cada golpe de bombeo se provocaba un zumbido en los oídos y le temblaba la vista, el sudor se intensifico, un nudo en su garganta se le hizo tan grande que le costaba trabajo respirar, poco a poco la vista se le iba nublando hasta quedar en la amarga obscuridad. Las dos mujeres robaron su alma  y se dijeron una a la otra –Por fin vamos a descansar en paz el ya esta con nosotras-, y si el cuerpo de Edgar quedo vacío sin razón y nadie supo realmente que paso con él, la gente decía que dos mujeres penaban en ese lugar desde hace mucho tiempo, las dos damas eran llamadas Minerva y Rosaura; lo que nunca se supo porque sus almas desaparecieron.

LEYENDA DEL ACUEDUCTO DE MORELIA

El Acueducto de Morelia se fundó en 1549. La obra actual se construyó bajo el mando del Obispo Antonio de San Miguel, 1785. El Acueducto llevaba el agua hasta el límite de la ciudad. Tiene 253 arcos de medio punto, con una altura de casi diez metros, tiene más de 1.700 metros. A tenido varias reconstrucciones, en 1910 se cambió el curso del agua y en 1998 se restauró.  Es uno de los más bellos e importantes acueductos de México.  Uno de los arcos, sirve de pórtico a la calzada de Guadalupe. Algunos asientos sirven para el descanso a la sombra de los frondosos fresnos.  Muy cerca se encuentra el Santuario de Guadalupe con su cúpula bizantina. Alrededor se contemplan las casas señoriales, antiguas, con sus balcones labrados en piedra y con sus rejas protectoras. Entre estas casas, hay una donde vivía un noble hidalgo muy pobre, su padre había sido camarero y guardia de don Felipe V. Luego, él también había tenido un cargo de honor, creando envidias de los criados y favoritos, hasta tal punto que tuvo que refugiarse en esta casa de la Nueva España en el lugar, ciudad,  que entonces se llamaba Valladolid. Don Juan Núñez de Castro, llegó a vivir a esta ciudad con su segunda esposa, Doña Margarita de Estrada y también con su hija, del primer matrimonio, Leonor. Su esposa, arruinó a Don Juan, ella era una mujer muy ambiciosa y se dedicó al lujo y el despilfarro. Dicen que su hija Leonor, era guapísima, rubia, de ojos azules, delgada, elegante, dulce... Doña Margarita, tenía a su esposa y a su hija, atemorizados. Leonor se la pasaba en casa sin salir, lavando, en la cocina y sin ver la calle. No  podía ni siquiera salir a mirar por el balcón. Un día, llegó a Morelia un virrey, era Semana Santa, y viéndola postrada en los monumentos, quedó prendado de Leonor.  Ella lo miró y aunque nada se dijeron, recibió una carta concertando una cita con el galán, para versen a las ocho de la tarde en la reja del sótano, lugar donde la encerraba doña Margarita para que nadie viera a su hija. El apuesto mozo que era don Manrique de la Serna y Frías, español, oficial mayor de la secretaría del virreinato, inteligente, obediente, buen mozo y con buen sueldo en la corte, se hizo ilusiones para obtener la mano de Leonor, aunque doña Margarita se opusiera.
Pero para ello tenía que verla, hablar con ella y estar seguro de la voluntad de Leonor.   ¿Conseguiría su amor?  Para ahuyentar a los curiosos y a los duendes y aparecidos, pintó en el rostro del paje  una calavera y lo vistió de dieguito,  y se paseaba de un lado a otro por la calzada de Guadalupe, como si fuera un verdadero aparecido. Eran las ocho de la tarde-noche, cuando clamaban las campanas en los campanarios de las iglesias, como era la costumbre.  Se hizo el silencio, la aparente alma en pena se paseaba cerca del muro donde se encontraba la reja del sótano, lugar en que había quedado para platicar doña Leonor. A esa hora la gente se metía en casa asustada. Pero Doña Margarita que era una mujer muy osada y maliciosa, quiso averiguar qué pasaba... Y fue ella que cerró por fuera el sótano cuando Don Manrique y Leonor platicaban acerca de cómo deberían organizar su boda para pedir a Don Juan la mano de su hija. Don Manrique saldría al día siguiente con su comitiva para México. Pero Doña Leonor, no podría ya salir de aquella cárcel. La puerta estaba cerrada.
Nadie notó su ausencia, ni siquiera su padre que se ausentó por unos días a una hacienda.
 Doña Leonor, no quería morir de hambre, y por la reja sacaba su mano pidiendo una limosna, un pedazo de pan, los transeúntes se apiadaban de ella y por caridad le dejaban su limosna. 
Un día, regresó don Manrique, era la fiesta del Corpus Christi, la Sagrada Forma iba en procesión por las calles y llegaron a la puerta de Don Juan, Don Manrique traía la carta del virrey que pedía la mano de Leonor. Don Juan, llamó a Doña Leonor. Su esposa no estaba en casa, nadie respondía, los sirvientes conocían el dolor de Doña Leonor, por fin encontraron el escondite. Al abrir la puerta vieron que Doña Leonor estaba muerta. Todos quedaron presos, el padre, la madrastra y los sirvientes. Manrique envolvió su cuerpo con el traje blanco de boda y la dio sepultura en la iglesia de San Diego. Pasó el tiempo, y cuentan que al caer la tarde, en la reja del sótano de esa misteriosa casa donde vivió Doña Leonor, asomaba una mano muy pálida y descarnada, implorando un pedazo de pan, una caridad por el Amor de Dios. Son historias verdaderas que se convierten en leyendas. Existe entre la gente otra historia misteriosa acerca del Acueducto. Dicen que el Obispo de Michoacán Fray Antonio de San Miguel, pidió una limosna a los españoles que vivían en Valladolid.  Estos vecinos acaudalados y avaros, se pusieron de acuerdo para no dar esa limosna al Obispo. Pero a la vez, querían quedar bien con él. Se reunieron y le dijeron que tenían su oro en la Caja del Tesoro de la ciudad de México y que no podían sacarlo hasta dentro de un mes. Don Gonzalo del Roble le dijo al Obispo que si la obra se terminaba en Septiembre, el día veintinueve de Septiembre, día de San Miguel Arcángel, le darían la limosna que les pedía. Faltaban arcos por terminar y parecía imposible concluir tal obra en un mes. Prometieron, los españoles, pagar al obispo los gastos si para tal día estuvieran terminados.  Muy triste se quedó el Obispo, pensando que era imposible concluirlo para ese día. No obstante llamó a los albañiles y operarios para que se pusieran a trabajar. Y así lo hicieron con verdadero empeño. Cinco días faltaban para la fecha prevista y una gran desgracia  aconteció. Los trabajadores se enfermaron de un extraño mal. Tuvieron que suspender sus trabajos.  Pero dicen, que a las
doce de la noche, esa tristeza se convirtió en miedo, faltaban
ocho arcos por terminar y era la víspera de San Miguel, por
todo Valladolid, se escuchó un fuerte martilleo de cinceles,
un trajín de animales de carga, andamios, ruidos, carros, idas
y venidas por la ciudad... Ningún vecino se asomó a ver que
pasaba por miedo, la gente lo escuchó desde sus casas.
Fue una larga y trabajada noche inolvidable. Nadie quería
salir de sus recámaras.
Pero alguien llegó a Valladolid y vieron cómo el agua llegaba a la ciudad a través del Acueducto, los arcos estaban terminados, nadie lo podía explicar. Aquellos hipócritas que habían negado su dinero, sacaron cuanto tenían en bolsas de oro y se lo llevaron al Obispo, temerosos de que Dios les castigara. Pero el Obispo, bueno y generoso, no lo necesitó porque el milagro se había obrado y el Obispo que tenía sus cajas fuertes vacías de dinero, al abrirlas también estaban llenas.  Dios quiso favorecer ampliamente a la gente de este hermoso lugar de Morelia. 


PREPOSICIONES
A lo lejos
Ante mi no te tengo
Bajo el cielo me pongo a llorar
Cabe resaltar que me haces falta
Con mi tristeza peleo
Contra mis pensamientos
De resentimiento
Desde hoy
En la mañana
Entre mi sentir me fui
Hacia Acapulco
Hasta llegar al atardecer
Para olvidarte
Por completo y
Según yo ya lo estoy logrando
Sin motivo me regreso a la ciudad
Tras al verte olvidado.




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