Corría el año 2012, de acuerdo a ciertas predicciones y a lo que mucha
gente creía era el año del fin del mundo, año en que algo malo e inesperado
estaba por suceder, por lo menos para los internos de la UDP , una escuela de alto
prestigio en la Ciudad
de México. La época fría de diciembre estaba por finalizar y el ambiente que se
respiraba en esa enorme escuela era denso y macabro, ya que por alguna extraña
razón una espesa neblina cubría únicamente a la majestuosa UDP con todo y sus
columnas de cantera y fachada barroca, era claro que algo malo pasaba ahí… algo
que pronto se iba a descifrar por uno de los internos de aquella escuela.
Esa persona era José Luis, el jefe de grupo del 1º año, un chico de
aspecto noble y generoso, moreno, delgado y un poco tímido con las chicas.
Deambulaba por los largos pasillos de la
UDP al filo de la media noche no podía conciliar el sueño le
inquietaba las inexplicables desapariciones de algunos de sus compañeros durante ese mes, él llevaba a cabo varias investigaciones
que aun no tenían respuesta y eso era lo
que le quitaba aún mas el sueño.
Continuaba recopilando las últimas investigaciones con grabadora en mano
y un cigarrillo en la otra:
- Al parecer no hay rastro alguno de
nuestros compañeros, los maestros dicen que se han dado de baja, pero ¿Por qué
no nos dejan hablar con sus familias, que es lo que esconden? Por otro lado las
autoridades niegan reportes de desaparecidos –continuaba grabando mientras
soltaba una bocanada de humo- ¿Entonces porqué ninguno de los compañeros se ha
comunicado con nosotros? Es como si se los hubiera tragado la tierra. Grecia
era una de las chicas mas dedicadas a la carrera, que la motivó ha dejar la…….
De pronto, extraños ruidos lo alejaron de sus grabaciones, rápidamente
corrió al baño de mujeres donde escucho aquellos ruidos. Al llegar ahí se
sorprendió al ver restos de cenizas acompañados de un olor fétido que le erizó
la piel provocándole náuseas.
-¿Qué es esto?, tengo que avisarle a
los muchachos –dijo mientras se tapa la nariz y boca.
Se dirigió velozmente a los cuartos de los compañeros reuniéndolos para
contarles lo sucedido y ponerle fin a esta situación que a todos tenía
mortificados. José Luis temía que siguieran desapareciendo más compañeros o
peor aún, temía por su propia vida.
En la reunión se llego a un acuerdo, y
se turnarían por grupos de seis para hacer guardias nocturnas, en la primera
noche estuvo Minerva, Rosaura, Laura, Darwin, Ricardo B. y José Luis. Así
comenzaron con su primera noche de guardia todos traían sus linternas encendidas
caminando por los jardines de la
Universidad , pero Rosaura, fue presa del pánico y tuvo una
crisis nerviosa, Minerva la sacudió fuertemente tratando de calmarla pero solo
provocó que cayera en llanto.
-Basta Minerva, mira lo que le hiciste-dijo
Laura mientras abrazaba a Rosaura, ella era la mediadora del grupo.
-Yo no le hice nada, ella es la que se
pone como loca y yo trataba de
calmarla-contestó Minerva con aire altanero.
-Ya, tranquilícense ambas, con
discutir no vamos a resolver nada –intervino Ricardo B., siempre con su alma de
líder-será mejor que lleven a Rosaura a su cuarto y denle un té o algún
calmante para que este mejor.
-Si quieren yo acompaño a la chicas
para que no sientan miedo -comento Darwin muy perspicaz era el más pequeño del
grupo
-¿No será otro el que tiene
miedo?-dijo José Luis sonriendo
-¿Yoo?, no para nada yo decía para
proteger a las muchachas-titubeo Darwin
-
Ya basta de tonterías, nadie mas se va a marchar, sólo ellas y no
estamos tan retirados de las habitaciones así que no creo que sea necesario
Darwin-dijo Ricardo B.- Laura será mejor que te des prisa, Rosaura no se ve muy
bien y permanezcan ambas en el cuarto de Rosaura, cualquier cosa nosotros les
marcamos.
Laura se marchó con Rosaura echa un mar de llanto, mientras los demás
observaban como se iban alejando del lugar, Minerva sintió remordimiento y comenzó a
sentir mucho miedo, el ambiente era bastante tenso que era imposible mantener
la calma y llegada la madrugada se fue acentuando cuando comenzaron a azotarse
las puertas de los salones, las luces prendían y apagaban de manera constante
provocando un corto circuito en toda la escuela, el aire silbaba de manera
escalofriante, como si alguien murmurara. De pronto, un grito desgarrador hizo
estremecer a todos haciendo un eco por toda la escuela.
Con mucho miedo decidieron ir a la explanada principal donde escucharon
el grito, pero no encontraron nada, solo era la enorme explanada con sus arcos rodeándola
y ellos. Esto provocó gran inquietud en los cuatro chicos, en eso sonó el
celular de Ricardo B. haciendo saltar a todos del susto, era Lucero otra
compañera que quería saber como iban las cosas, entre la platica Ricardo B.
comenzó a alejarse de sus compañeros sin que ellos lo notaran, en eso, Minerva
sintió un extraño mareo, escuchaba las voces de sus compañeros, pero no podía
verlos, nerviosamente comenzó a ver que la escuela se
tornaba diferente, abandonada y vieja, Minerva corrió asustada buscando a los
demás pero no logro encontrarlos, gritaba pero nadie la escuchaba o al menos
eso creía ella, puesto que varias sombras empezaron a acercarse a ella.
-No me hagan daño, ¿Qué es lo que
quieren?- decía Minerva mientras se cubría el rostro sollozando.
-Tranquila no te haremos daño-dijo
Crecencio mientras le tocaba el hombro
Cuando abrió los ojos, se dio cuenta que eran todos sus compañeros
desaparecidos, pero tenían un aspecto demacrado, su piel era opaca y grisácea.
-¿Muchachos donde estaban?-dijo
Minerva al mismo tiempo que se limpiaba las lágrimas
-Será mejor que se vayan de aquí o
jamás saldrán-dijo histéricamente Samara
-Pero ¿porqué, que sucede?-preguntó
Minerva
-No hay tiempo huyan-le contestó
Rosalinda
-Pero hay que decirle a los maestros
que…
-¡Nooooo, a ellos no!-le gritaron
todos a Minerva
-¡Oh no, ya se dieron cuenta, corre
Minerva, corre!-le dijo Isabel desesperada
Minerva comenzó a correr y correr, y al voltear hacia atrás noto una
sombra grande que la seguía pero no lograba percibir que era, solamente
escuchaba el relinchar de un caballo, pero no veía nada, el sudor que le cubría
el rostro le entraba a los ojos impidiéndole ver claramente, no podía mas,
sentía el corazón salírsele de su pecho. De pronto, sintió que algo la jalaba
fuertemente hacia el suelo y cayó, la pobre Minerva solo se cubrió el rostro.
Por otro lado, José Luis y Darwin buscaban desesperados a Ricardo B. y a
Minerva, gritando y sin poderlos encontrar, ansiosos de no saber donde estaban
regresaron a los dormitorios con sus demás compañeros, contándoles las
desapariciones de sus otros dos compañeros, todos se alarmaron mucho, pero José Luis trataba de tranquilizarlos diciendo:
-Compañeros, tratemos de calmarnos y
por favor ya nadie salga de aquí, hay que permanecer todos juntos para evitar
que alguien más desaparezca, por el momento, todos los hombres nos vamos a
quedar en este cuarto, al igual que las chicas que ya están en el cuarto de a
lado.
-Pero no podemos quedarnos de brazos
cruzados-dijo Fernando el filósofo del grupo
-¡Si, ya basta de todo esto, ahorita
mismo voy a marcar a la policía y ahora si me van a escuchar!- dijo Ricardo G.
mientras marcaba su celular, él era el
más intrépido del grupo.
Después de marcar su teléfono, Ricardo G. frunció el seño aventando su celular al
suelo y echando de maldiciones.
-¿Qué pasa?-le preguntó José Luis
-No tengo señal-respondió Ricardo G.
-Nosotros tampoco-mencionaron Jerónimo
y Darwin
-Será mejor que vaya a las oficinas de
la dirección a ver si hay línea en esos teléfonos-dijo José Luis mientras se
ponía su chaqueta negra y tomaba su linterna
-Nosotros iremos contigo-dijo Eugenio
tomando también su chaqueta
-No, no quiero más desaparecidos, iré
yo solo-dijo José Luis poniéndole una mano en el hombro a Eugenio para que no
saliera
-Pero no puedes ir tu solo, cuando no
sabemos lo que está allá afuera-dijo Fernando
-Por favor compañeros no insistan,
además yo soy el único que sabe la clave para entrar a las oficinas, y si algún
profesor se llegará a enterar que estuvimos dentro de la oficina sin autorización
nos expulsarían a todos, y no quiero perjudicarlos.
- Nadie se va a dar cuenta, además los
maestros no están ahorita-intervino Israel uno de los compañeros más callados
del grupo, pero muy solidario
- Iré yo solo, de verdad no insistan,
además está a la vuelta de este edificio
les prometo no demorar para no preocuparlos y a parte, tienen que cuidar a las compañeras de a lado. Estaré
bien-dijo José Luis cerrando la puerta del dormitorio
-Por favor cuidate mucho-dijo Rosaura
sollozando con la puerta entreabierta de la habitación de las chicas
-Si jefecito de grupo, cuidate mucho,
si algo malo te pasa, grita con todas tus fuerzas para ir a rescatarte-comentó
Daniela, una de las chicas más pequeñas del grupo
-Muchas gracias Dany-contestó José
Luis poniéndole la mano sobre su cabeza de la chica
-¿Te presto mi gas pimienta para que
puedas defenderte?-comentó Vianey, la más pendenciera del grupo mostrándole una
pequeña lata de aluminio que sacaba del bolsillo de su pijama
-No es necesario-dijo José Luis riendo
tiernamente y tomándole las manos-cualquier cosa que está allá afuera, no creo
que con eso lo detenga, pero estaré bien chicas no se preocupen, cuídense mucho
y por favor permanezcan unidas y en constante comunicación con los chicos acá a
lado.
Y diciendo esto, José Luis siguió caminando por el largo pasillo de la
escuela, abrazándose a sí mismo por el frío que hacía aquella madrugada. Angustiado,
analizaba la situación en la que se encontraban. No había luz eléctrica y con
la señal muerta, ¡estaban completamente incomunicados y aislados en esa enorme
escuela!, José Luis realmente no sabía que hacer, cada vez que reflexionaba
sobre la situación, el camino se le hacía más y más largo, bajando las
escaleras cual si fuera un títere sin rumbo, y justo cuando pensaba que estaban
completamente solos, a lo lejos percibió una luz tenue que se asomaba entre las
persianas de la sala de juntas como de unas velas. Entonces, sigilosamente se
dirigió al salón de juntas para ver que era esa luz que surgía por debajo de la
puerta.
Al llegar ahí no podía creer lo que estaba viendo, era una reunión de
sus profesores, pero, no era
precisamente una junta ordinaria.
Todos los profesores portaban una túnica negra y reunidos en un círculo,
hablaban en un idioma extraño. Al parecer la profesora Claudia (directora de la
escuela), era la líder que dirigía a ese insólito clan.
José Luis siguió observando temeroso tras una rendija de la persiana, y
se le erizó la piel al ver que en el centro del círculo se encontraba Minerva,
desnuda e inconsciente en el suelo y con extrañas marcas de tortura en el
cuerpo, no sabía lo que estaba pasando se había quedado inerte y con la boca
seca, un extraño frío se había apoderado de su cuerpo dejándolo sin habla
cuando descubrió la cara de uno de los protagonistas que traía la túnica negra,
esa persona era, Ricardo B. el cual, con mirada frenética y daga en mano, la
enterró en el pecho de Minerva sacándole el corazón, el cuál todavía palpitando
en la mano de Ricardo B., se lo entregó a la profesora Claudia haciendo una
reverencia, mientras los demás comenzaban a
comerse la carne de Minerva…
José Luis no daba crédito a lo que veían sus ojos, sentía que le
temblaba todo el cuerpo, sus piernas no le respondían, tenía que huir inmediatamente
de ahí y alertar a los demás, pero, al chocar con un bote de basura provocó la
atención de los que estaban dentro de la sala de juntas haciéndolos salir.
Entonces comenzaron a perseguirlo por toda la escuela, el pobre José Luis se
escondía entre los pasillos y salones donde no lo veían, pero ya no podía
seguir escondiéndose más, tenía que correr, aún cuando sentía sus piernas
flaquear y un sudor frío le recorría todo su cuerpo, sentía su respiración muy
agitada que apenas podía respirar, pero a pesar de todo eso un fuerte impulso lo hacía seguir adelante,
tenía que correr lo más rápido posible para avisar a sus compañeros y
estuvieran a salvo. Comenzó a subir las escaleras, pronto llegaría, en eso,
tropezó torpemente con uno de los escalones dando varios giros por las
escaleras, haciéndolo perder la conciencia.
Al
abrir los ojos, una luz muy intensa le cegaba la vista, con la que poco a poco
se fue adecuando, al ver claramente, José Luis no sabía donde estaba, ni cuanto
tiempo había transitado, volteaba para todos lados desconcertado, todo era
blanco y sin forma, estaba completamente sólo sin saber que pasaba, quiso
levantarse pero no podía, quería hablar, gritar, pero no logró articular
palabra alguna, solo balbuceos, no tenía lengua, al notarlo trató
desesperadamente de moverse pero le fue imposible. Sus brazos estaban atados
fuertemente a una camisa de fuerza.
Eres quien brinda su entendimiento y
hasta su morada
En mis días de incertidumbre siempre
estas ahí
Y yo egoístamente te pido estés junto
a mí
Tú eres mi elohim
Compañero d aventuras
Que me brindas tu afecto
Tú que tienes el valor de acompañarme
Gracias por estar conmigo
HOROZCOPO
Capricornio del 22 de Diciembre al 19
de Enero
Te esperan tiempos de mucho trabajo,
los rumores y habladurías están en tu entorno no hagas caso. Tendrás que ser
más extrovertido si quieres participar en funciones de equipo.
Las rayas y el azul son tu forma y
color de la suerte.
Tu número de la suerte el 22
Trabajo en equipo de crear una
historia con recortes de periódico
Integrantes
Laura Muñoz Cadeno
Daniela Sánchez Vázquez
Adriana Avalos Sánchez
Luis Roberto Cinesio Ánimas
Juan Manuel Gallegos Zuñiga
Luis Fernando Silva Luna
UDP – TLALNEPANTLA
Licenciatura en Secundaria
Especializada en Español I
Miriam Ramos García
Cuenta la Leyenda , que hace muchos
años en hospital cualquiera, existía una enfermera muy pulcra y con su uniforme
impecable, devota de su profesión se daba a la tarea de hacer rondas nocturnas
vigilando a sus enfermos, y sólo se escuchaba el crujir de su bien almidonado
uniforme. Hasta que un día por descuido le dio un medicamento equivocado a un
paciente y éste murió agonizando de dolor.
La pobre enfermera no supo que hacer y
salió del hospital muy exaltada y con
una terrible culpa, que no se percató de un automóvil que iba pasando y la
atropelló de manera fulminante provocandole la muerte instantánea.
Desde entonces su alma en pena
divaga por cualquier hospital,
atendiendo a los enfermos y tratando de
pagar su culpa sin descanso eterno, y sólo se escucha el crujido de su
impecable traje almidonado.
HERMANO, DEJAME REIR
Deja que se sequen los ríos
mis órganos húmedos e insensibles
muestran mis desgano al reír
Ya se que soy feliz por la existencia
de
nuestra gente fuerte
de sus radiantes alegrías
que siempre estarán bajo la gloria
Déjame reír hermano
con tu inhumano ateismo
y mi completa deidad
nos
escurren las alegrías
con
que reí durante
el dulce periódo
de mi vida lograda
Hermano:
¿Desconoces realmente el río?
acaso
lo crees tan inmenso
e interminable
que la alegría
Yo sé
porque estoy ahora en regocijo
y es
por la felicidad que
manifiesto
tal vez por mi insaciable
deseo de seducir
Hermano:
Deja que se sequen todo los ríos del
mundo
Ramón
López Velarde
NOSTALGIAS DEL PASADO
Al caer la
noche llena de tristeza en el corazón
me vuelvo presa
de una ceguera absoluta
que me impide
caer en los brazos de Morfeo
convirtiéndome
en un derroche de lágrimas
No logro
encontrar mi lluvia de energía
siento perder poco
a poco mi elixir de la vida
necesito
reencontrar mi encanto divino
a través
de tus caricias del alma
Tu alimento
diario de la vida
me hace volver
a mi largo camino con final incierto
somos cómplices
de alegrías
Quiero estar
contigo hasta el sueño eterno
para juntos
convertirnos en el suspiro de la tierra
y después
reposar en un inmenso manto azúl.
EL MAR
El reflejo del
sol se esconde entre tus ojos
y en la
inmensidad nocturna se pierde mi desgracia
las olas en el
atardecer envuelven tu cuerpo
con su sábana
azul que cubre el horizonte
La profundidad
de tu mirada
es tan inmensa
como el mar azul
encontrando en
tu pecho un lugar tranquilo
para meditar al
atardecer el día
Tan imponente
como tus ojos es tu boca
dejándome tu
elixir inmenso, azul y salado
como0 una
bendicion de la naturaleza para relajarme
sobre los
cabellos de Poseidón
TE
AMO
A pesar de
todo y ante mi verdadero sentimiento
bajo la luz de tus ojos, cabe decir que te amo con todo mi ser y contra las adversidades de nuestras
vidas ¡así te amo!, desde la primera
vez que probé tu boca en ti encontré
la paz de mi vida que entre nostálgica
y rebelde, la transformaste poco a poco hacia
el fondo de mi ser, hasta mi
exterior en su totalidad. Para poder
ir junto por el umbral de la vida según nos dicte el destino sin un final aún, caminaremos sobre
el tiempo, transformando brechas tras
fundir nuestros cuerpos en uno solo.
CAPRICORNIO: (Dic 22-Ene 19)
Este año te deparan grandes
oportunidades para crecer en lo profesional. Excelente día para conocer amigos.
Saturno está en tu signo, procura mantenerte positiva, no pelees, o de lo
contrario tus planes se vendrán abajo, en el amor te encuentras estable o si no
tienes pareja, alguien muy cercano a ti le interesas.
Día de la suerte el 13, color
favorito el blanco, piedra amatista.
Dos cuerpos frente a frente
son dos gotas de rocío sobre
las hojas al amanecer
Dos cuerpos frente a frente
son inmensas llamas de fuego
presas de pasión
Dos cuerpos frente a frente
son las ramas de un árbol
acariciándose el uno al otro
Dos cuerpos frente a frente
son como dos estrellas en
el panorama astral
Dos cuerpos frente a frente
son el sol y la luna despidiéndose
al amanecer
y en la
inmensidad nocturna se pierde mi desgracia
las olas en el
atardecer envuelven tu cuerpo
con su sábana
azul que cubre el horizonte
La profundidad
de tu mirada
es tan inmensa
como el mar azul
encontrando en
tu pecho un lugar tranquilo
para meditar al
atardecer el día
Tan imponente
como tus ojos es tu boca
dejándome tu
elixir inmenso, azul y salado
como0 una
bendicion de la naturaleza para relajarme
sobre los
cabellos de Poseidón
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