lunes, 29 de octubre de 2012

DOS CUERPOS MIRIAM RAMOS GARCIA GARCIA


LA   SECTA


   Corría el año 2012, de acuerdo a ciertas predicciones y a lo que mucha gente creía era el año del fin del mundo, año en que algo malo e inesperado estaba por suceder, por lo menos para los internos de la UDP, una escuela de alto prestigio en la Ciudad de México. La época fría de diciembre estaba por finalizar y el ambiente que se respiraba en esa enorme escuela era denso y macabro, ya que por alguna extraña razón una espesa neblina cubría únicamente a la majestuosa UDP con todo y sus columnas de cantera y fachada barroca, era claro que algo malo pasaba ahí… algo que pronto se iba a descifrar por uno de los internos de aquella escuela.
   Esa persona era José Luis, el jefe de grupo del 1º año, un chico de aspecto noble y generoso, moreno, delgado y un poco tímido con las chicas. Deambulaba por los largos pasillos de la UDP al filo de la media noche no podía conciliar el sueño le inquietaba las inexplicables desapariciones de algunos de sus compañeros  durante ese mes, él llevaba a cabo varias investigaciones que aun no tenían respuesta  y eso era lo que le quitaba aún mas el sueño.
   Continuaba recopilando las últimas investigaciones con grabadora en mano y un cigarrillo en la otra:
- Al parecer no hay rastro alguno de nuestros compañeros, los maestros dicen que se han dado de baja, pero ¿Por qué no nos dejan hablar con sus familias, que es lo que esconden? Por otro lado las autoridades niegan reportes de desaparecidos –continuaba grabando mientras soltaba una bocanada de humo- ¿Entonces porqué ninguno de los compañeros se ha comunicado con nosotros? Es como si se los hubiera tragado la tierra. Grecia era una de las chicas mas dedicadas a la carrera, que la motivó ha dejar la…….
    De pronto, extraños ruidos lo alejaron de sus grabaciones, rápidamente corrió al baño de mujeres donde escucho aquellos ruidos. Al llegar ahí se sorprendió al ver restos de cenizas acompañados de un olor fétido que le erizó la piel provocándole náuseas.
-¿Qué es esto?, tengo que avisarle a los muchachos –dijo mientras se tapa la nariz y boca.
   Se dirigió velozmente a los cuartos de los compañeros reuniéndolos para contarles lo sucedido y ponerle fin a esta situación que a todos tenía mortificados. José Luis temía que siguieran desapareciendo más compañeros o peor aún, temía por su propia vida.
En la reunión se llego a un acuerdo, y se turnarían por grupos de seis para hacer guardias nocturnas, en la primera noche estuvo Minerva, Rosaura, Laura, Darwin, Ricardo B. y José Luis. Así comenzaron con su primera noche de guardia todos traían sus linternas encendidas caminando por los jardines de la Universidad, pero Rosaura, fue presa del pánico y tuvo una crisis nerviosa, Minerva la sacudió fuertemente tratando de calmarla pero solo provocó que cayera en llanto.
-Basta Minerva, mira lo que le hiciste-dijo Laura mientras abrazaba a Rosaura, ella era la mediadora del grupo.
-Yo no le hice nada, ella es la que se pone como loca y yo trataba de  calmarla-contestó Minerva con aire altanero.
-Ya, tranquilícense ambas, con discutir no vamos a resolver nada –intervino Ricardo B., siempre con su alma de líder-será mejor que lleven a Rosaura a su cuarto y denle un té o algún calmante para que este mejor.
-Si quieren yo acompaño a la chicas para que no sientan miedo -comento Darwin muy perspicaz era el más pequeño del grupo
-¿No será otro el que tiene miedo?-dijo José Luis sonriendo
-¿Yoo?, no para nada yo decía para proteger a las muchachas-titubeo Darwin
-  Ya basta de tonterías, nadie mas se va a marchar, sólo ellas y no estamos tan retirados de las habitaciones así que no creo que sea necesario Darwin-dijo Ricardo B.- Laura será mejor que te des prisa, Rosaura no se ve muy bien y permanezcan ambas en el cuarto de Rosaura, cualquier cosa nosotros les marcamos.  
   Laura se marchó con Rosaura echa un mar de llanto, mientras los demás observaban como se iban alejando del lugar,  Minerva sintió remordimiento y comenzó a sentir mucho miedo, el ambiente era bastante tenso que era imposible mantener la calma y llegada la madrugada se fue acentuando cuando comenzaron a azotarse las puertas de los salones, las luces prendían y apagaban de manera constante provocando un corto circuito en toda la escuela, el aire silbaba de manera escalofriante, como si alguien murmurara. De pronto, un grito desgarrador hizo estremecer a todos haciendo un eco por toda la escuela.
   Con mucho miedo decidieron ir a la explanada principal donde escucharon el grito, pero no encontraron nada, solo era la enorme explanada con sus arcos rodeándola y ellos. Esto provocó gran inquietud en los cuatro chicos, en eso sonó el celular de Ricardo B. haciendo saltar a todos del susto, era Lucero otra compañera que quería saber como iban las cosas, entre la platica Ricardo B. comenzó a alejarse de sus compañeros sin que ellos lo notaran, en eso, Minerva sintió un extraño mareo, escuchaba las voces de sus compañeros, pero no podía verlos, nerviosamente comenzó a ver que la escuela   se tornaba diferente, abandonada y vieja, Minerva corrió asustada buscando a los demás pero no logro encontrarlos, gritaba pero nadie la escuchaba o al menos eso creía ella, puesto que varias sombras empezaron a acercarse a ella.
-No me hagan daño, ¿Qué es lo que quieren?- decía Minerva mientras se cubría el rostro sollozando.
-Tranquila no te haremos daño-dijo Crecencio mientras le tocaba el hombro
   Cuando abrió los ojos, se dio cuenta que eran todos sus compañeros desaparecidos, pero tenían un aspecto demacrado, su piel era opaca y grisácea.
-¿Muchachos donde estaban?-dijo Minerva al mismo tiempo que se limpiaba las lágrimas
-Será mejor que se vayan de aquí o jamás saldrán-dijo histéricamente Samara
-Pero ¿porqué, que sucede?-preguntó Minerva
-No hay tiempo huyan-le contestó Rosalinda
-Pero hay que decirle a los maestros que…
-¡Nooooo, a ellos no!-le gritaron todos a Minerva
-¡Oh no, ya se dieron cuenta, corre Minerva, corre!-le dijo Isabel desesperada
   Minerva comenzó a correr y correr, y al voltear hacia atrás noto una sombra grande que la seguía pero no lograba percibir que era, solamente escuchaba el relinchar de un caballo, pero no veía nada, el sudor que le cubría el rostro le entraba a los ojos impidiéndole ver claramente, no podía mas, sentía el corazón salírsele de su pecho. De pronto, sintió que algo la jalaba fuertemente hacia el suelo y cayó, la pobre Minerva solo se cubrió el rostro.
   Por otro lado, José Luis y Darwin buscaban desesperados a Ricardo B. y a Minerva, gritando y sin poderlos encontrar, ansiosos de no saber donde estaban regresaron a los dormitorios con sus demás compañeros, contándoles las desapariciones de sus otros dos compañeros, todos se alarmaron mucho, pero  José Luis trataba de tranquilizarlos diciendo:
-Compañeros, tratemos de calmarnos y por favor ya nadie salga de aquí, hay que permanecer todos juntos para evitar que alguien más desaparezca, por el momento, todos los hombres nos vamos a quedar en este cuarto, al igual que las chicas que ya están en el cuarto de a lado.
-Pero no podemos quedarnos de brazos cruzados-dijo Fernando el filósofo del grupo
-¡Si, ya basta de todo esto, ahorita mismo voy a marcar a la policía y ahora si me van a escuchar!- dijo Ricardo G. mientras marcaba  su celular, él era el más intrépido del grupo.
  Después de marcar su teléfono, Ricardo  G. frunció el seño aventando su celular al suelo y echando de maldiciones.
-¿Qué pasa?-le preguntó José Luis   
-No tengo señal-respondió Ricardo G.
-Nosotros tampoco-mencionaron Jerónimo y Darwin
-Será mejor que vaya a las oficinas de la dirección a ver si hay línea en esos teléfonos-dijo José Luis mientras se ponía su chaqueta negra y tomaba su linterna
-Nosotros iremos contigo-dijo Eugenio tomando también su chaqueta
-No, no quiero más desaparecidos, iré yo solo-dijo José Luis poniéndole una mano en el hombro a Eugenio para que no saliera
-Pero no puedes ir tu solo, cuando no sabemos lo que está allá afuera-dijo Fernando
-Por favor compañeros no insistan, además yo soy el único que sabe la clave para entrar a las oficinas, y si algún profesor se llegará a enterar que estuvimos dentro de la oficina sin autorización nos expulsarían a todos, y no quiero perjudicarlos.
- Nadie se va a dar cuenta, además los maestros no están ahorita-intervino Israel uno de los compañeros más callados del grupo, pero muy solidario
- Iré yo solo, de verdad no insistan, además  está a la vuelta de este edificio les prometo no demorar para no preocuparlos y a parte,  tienen que cuidar a las compañeras de a lado. Estaré bien-dijo José Luis cerrando la puerta del dormitorio
-Por favor cuidate mucho-dijo Rosaura sollozando con la puerta entreabierta de la habitación de las chicas
-Si jefecito de grupo, cuidate mucho, si algo malo te pasa, grita con todas tus fuerzas para ir a rescatarte-comentó Daniela, una de las chicas más pequeñas del grupo
-Muchas gracias Dany-contestó José Luis poniéndole la mano sobre su cabeza de la chica
-¿Te presto mi gas pimienta para que puedas defenderte?-comentó Vianey, la más pendenciera del grupo mostrándole una pequeña lata de aluminio que sacaba del bolsillo de su pijama     
-No es necesario-dijo José Luis riendo tiernamente y tomándole las manos-cualquier cosa que está allá afuera, no creo que con eso lo detenga, pero estaré bien chicas no se preocupen, cuídense mucho y por favor permanezcan unidas y en constante comunicación con los chicos acá a lado.
   Y diciendo esto, José Luis siguió caminando por el largo pasillo de la escuela, abrazándose a sí mismo por el frío que hacía aquella madrugada. Angustiado, analizaba la situación en la que se encontraban. No había luz eléctrica y con la señal muerta, ¡estaban completamente incomunicados y aislados en esa enorme escuela!, José Luis realmente no sabía que hacer, cada vez que reflexionaba sobre la situación, el camino se le hacía más y más largo, bajando las escaleras cual si fuera un títere sin rumbo, y justo cuando pensaba que estaban completamente solos, a lo lejos percibió una luz tenue que se asomaba entre las persianas de la sala de juntas como de unas velas. Entonces, sigilosamente se dirigió al salón de juntas para ver que era esa luz que surgía por debajo de la puerta.
   Al llegar ahí no podía creer lo que estaba viendo, era una reunión de sus  profesores, pero, no era precisamente una junta ordinaria.
   Todos los profesores portaban una túnica negra y reunidos en un círculo, hablaban en un idioma extraño. Al parecer la profesora Claudia (directora de la escuela), era la líder que dirigía a ese insólito clan.
   José Luis siguió observando temeroso tras una rendija de la persiana, y se le erizó la piel al ver que en el centro del círculo se encontraba Minerva, desnuda e inconsciente en el suelo y con extrañas marcas de tortura en el cuerpo, no sabía lo que estaba pasando se había quedado inerte y con la boca seca, un extraño frío se había apoderado de su cuerpo dejándolo sin habla cuando descubrió la cara de uno de los protagonistas que traía la túnica negra, esa persona era, Ricardo B. el cual, con mirada frenética y daga en mano, la enterró en el pecho de Minerva sacándole el corazón, el cuál todavía palpitando en la mano de Ricardo B., se lo entregó a la profesora Claudia haciendo una reverencia, mientras los demás comenzaban a  comerse la carne de Minerva…
   José Luis no daba crédito a lo que veían sus ojos, sentía que le temblaba todo el cuerpo, sus piernas no le respondían, tenía que huir inmediatamente de ahí y alertar a los demás, pero, al chocar con un bote de basura provocó la atención de los que estaban dentro de la sala de juntas haciéndolos salir. Entonces comenzaron a perseguirlo por toda la escuela, el pobre José Luis se escondía entre los pasillos y salones donde no lo veían, pero ya no podía seguir escondiéndose más, tenía que correr, aún cuando sentía sus piernas flaquear y un sudor frío le recorría todo su cuerpo, sentía su respiración muy agitada que apenas podía respirar, pero a pesar de todo eso  un fuerte impulso lo hacía seguir adelante, tenía que correr lo más rápido posible para avisar a sus compañeros y estuvieran a salvo. Comenzó a subir las escaleras, pronto llegaría, en eso, tropezó torpemente con uno de los escalones dando varios giros por las escaleras, haciéndolo perder la conciencia.
      Al abrir los ojos, una luz muy intensa le cegaba la vista, con la que poco a poco se fue adecuando, al ver claramente, José Luis no sabía donde estaba, ni cuanto tiempo había transitado, volteaba para todos lados desconcertado, todo era blanco y sin forma, estaba completamente sólo sin saber que pasaba, quiso levantarse pero no podía, quería hablar, gritar, pero no logró articular palabra alguna, solo balbuceos, no tenía lengua, al notarlo trató desesperadamente de moverse pero le fue imposible. Sus brazos estaban atados fuertemente a una camisa de fuerza.
          
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Eres quien brinda su entendimiento y hasta su morada
En mis días de incertidumbre siempre estas ahí
Y yo egoístamente te pido estés junto a mí  
Tú eres mi elohim
Compañero d aventuras
Que me brindas tu afecto
Tú que tienes el valor de acompañarme
Gracias por estar conmigo

HOROZCOPO
Capricornio del 22 de Diciembre al 19 de Enero
Te esperan tiempos de mucho trabajo, los rumores y habladurías están en tu entorno no hagas caso. Tendrás que ser más extrovertido si quieres participar en funciones de equipo.
Las rayas y el azul son tu forma y color de la suerte.
Tu número de la suerte el 22
Trabajo en equipo de crear una historia con recortes de periódico
 Integrantes
Laura Muñoz Cadeno
Daniela Sánchez Vázquez
Adriana Avalos Sánchez
Luis Roberto Cinesio Ánimas
Juan Manuel Gallegos Zuñiga
Luis Fernando Silva Luna

UDP – TLALNEPANTLA
Licenciatura en Secundaria Especializada en Español I
Miriam Ramos García

La Leyenda de la Almidonada

Cuenta la Leyenda, que hace muchos años en hospital cualquiera, existía una enfermera muy pulcra y con su uniforme impecable, devota de su profesión se daba a la tarea de hacer rondas nocturnas vigilando a sus enfermos, y sólo se escuchaba el crujir de su bien almidonado uniforme. Hasta que un día por descuido le dio un medicamento equivocado a un paciente y éste murió agonizando de dolor.

La pobre enfermera no supo que hacer y salió del hospital muy exaltada  y con una terrible culpa, que no se percató de un automóvil que iba pasando y la atropelló de manera fulminante provocandole la muerte instantánea.

Desde entonces su alma en pena divaga  por cualquier hospital, atendiendo a  los enfermos y tratando de pagar su culpa sin descanso eterno, y sólo se escucha el crujido de su impecable traje almidonado.

HERMANO,  DEJAME   REIR



Deja que se sequen los ríos
mis órganos húmedos e insensibles
muestran mis desgano al reír

Ya se que soy feliz por la existencia
de  nuestra gente fuerte
de sus radiantes alegrías
que siempre estarán bajo la gloria

Déjame  reír hermano
con tu inhumano ateismo
y mi completa deidad
nos  escurren  las  alegrías
con  que  reí  durante
el dulce  periódo  de mi vida lograda

Hermano:
¿Desconoces realmente  el río?
acaso  lo  crees  tan inmenso
e interminable
que la alegría

Yo sé  porque  estoy ahora en regocijo
y es  por la  felicidad  que  manifiesto
tal vez por mi  insaciable  deseo de seducir

Hermano:

Deja que se sequen todo los ríos del mundo



Ramón  López  Velarde

NOSTALGIAS  DEL  PASADO


Al caer la noche llena de tristeza en el corazón
me vuelvo presa de una ceguera absoluta
que me impide caer en los brazos de Morfeo
convirtiéndome en un derroche de lágrimas

No logro encontrar mi lluvia de energía
siento perder poco a poco mi elixir de la vida
necesito reencontrar mi encanto divino
a  través  de tus caricias del alma

Tu alimento diario de la vida
me hace volver a mi largo camino con final incierto
somos cómplices de alegrías

Quiero estar contigo hasta el sueño eterno
para juntos convertirnos en el suspiro de la tierra
y después reposar en un inmenso manto azúl.

EL  MAR

El reflejo del sol se esconde entre tus ojos
y en la inmensidad nocturna se pierde mi desgracia
las olas en el atardecer envuelven tu cuerpo
con su sábana azul que cubre el horizonte

La profundidad de tu mirada
es tan inmensa como el mar azul
encontrando en tu pecho un lugar tranquilo
para meditar al atardecer el día

Tan imponente como tus ojos es tu boca
dejándome tu elixir inmenso, azul y salado
como0 una bendicion de la naturaleza para relajarme
sobre los cabellos de Poseidón

TE AMO



A pesar de todo y ante mi verdadero sentimiento bajo la luz de tus ojos, cabe decir que te amo con todo mi ser y contra las adversidades de nuestras vidas ¡así te amo!, desde la primera vez que probé tu boca en ti encontré la paz de mi vida que entre nostálgica y rebelde, la transformaste poco a poco hacia el fondo de mi ser, hasta mi exterior en su totalidad. Para poder ir junto por el umbral de la vida según  nos dicte el destino sin un final aún, caminaremos sobre el tiempo, transformando brechas tras fundir nuestros cuerpos en uno solo. 


 SIGNO ZODIACAL

CAPRICORNIO: (Dic 22-Ene 19)

Este año te deparan grandes oportunidades para crecer en lo profesional. Excelente día para conocer amigos. Saturno está en tu signo, procura mantenerte positiva, no pelees, o de lo contrario tus planes se vendrán abajo, en el amor te encuentras estable o si no tienes pareja, alguien muy cercano a ti le interesas.
Día de la suerte el 13, color favorito el blanco, piedra amatista.

 DOS  CUERPOS
  



Dos cuerpos frente a frente 
son dos gotas de rocío sobre
las hojas al amanecer

Dos cuerpos frente a frente 
son inmensas llamas de fuego
presas de pasión

Dos cuerpos frente a frente 
son las ramas de un árbol
acariciándose el uno al otro

Dos cuerpos frente a frente 
son como dos estrellas en
el panorama astral

Dos cuerpos frente a frente 
son el sol y la luna despidiéndose
al amanecer

ont� w i y ��f ��m l reflejo del sol se esconde entre tus ojos
y en la inmensidad nocturna se pierde mi desgracia
las olas en el atardecer envuelven tu cuerpo
con su sábana azul que cubre el horizonte

La profundidad de tu mirada
es tan inmensa como el mar azul
encontrando en tu pecho un lugar tranquilo
para meditar al atardecer el día

Tan imponente como tus ojos es tu boca
dejándome tu elixir inmenso, azul y salado
como0 una bendicion de la naturaleza para relajarme
sobre los cabellos de Poseidón






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