martes, 23 de octubre de 2012

CUENTO DE TERROR GRECIA BERENICE VELAZQUEZ GARZA


Cuento de Terror

El espejo de la escuela

Siempre supe que algo extraño latía tras el salón en en baño de damas en ese espejo que colgaba en la pared. Nadie recordaba desde cuando estaba allí. La coordinadora bromeaba a ese respecto y decía que el verdadero propietario de la hoy escuela antiguo convento era el espejo porque siempre había estado allí al menos, desde que los pobladores tenían uso de razón.
— Angelic, ¿a que parezco un fantasma? Solía decir con la típica lengua de trapo que tienen los niños.
Su visión me inquietaba porque era como no estar sola, como si aquel antiguo cachivache tuviese vida propia y me estuviera observando. Lo cierto es que llegué a agarrarle miedo. Detestaba estar sola en la escuela con aquel maldito espejo, me daba escalofríos. Sin embargo, todo parecía estar tan solo en mi voraz imaginación detestaba llegar temprano con esa lúgubre luz iluminando el espejo, ya que algunas veces Don Beto no estaba para prender la luz.
-Hace dos meses, cuando cursaba el primer bloque en la universidad, cayó en mis manos uno de esos libros inclasificables pero interesantes. Era algo así como un compendio de historia, mitología y leyendas sobre los espejos. En aquel momento no lo relacioné con el viejo espejo del baño, simplemente me pareció interesante y empecé a leerlo. Al principio, el libro no dejaba de ser una recopilación de los grandes mitos de la literatura; que si Alicia en el país de las maravillas, que si Narciso...pero a medida que el libro iba avanzando otro temas menos literarios y más inquietantes iban apareciendo. Anécdotas históricas, refranes, supersticiones, espejos con valores incalculables y lo que más me llamó la atención, espejos malditos. Era sorprendente ver el inmenso vademécum de espejos catalogados como malditos que estaba recogido en aquel tomo. Debía llevar como tres cuartas partes del libro leídas cuando de pronto en el apartado de espejos malditos vi una foto de un espejo idéntico al del baño.

Espejo roba almas:
Estos espejos fueron de los primeros que se fabricaron tras el descubrimiento del espejo por los técnicos italianos de Murano y datan de finales del siglo XVI. Dice la leyenda que el primer “espejo roba almas” perteneció a una “stregha” (denominación que reciben las brujas italianas) que por miedo a que se lo robaran — en aquella época casi no habían espejos y era muy codiciados — maldijo la pieza. La "stregha", a diferencia de las brujas nórdicas, es un agente del placer, una servidora del Eros, una mercenaria del amor y como tal el espejo se convertía en un arma indispensable a la hora de estar bellas para cautivar y seducir a sus victimas.
— Maldijo la pieza... ¿Y ya está? ¿Como puede dejar esto así, sin poner cuál es el maleficio?
-Casi hubiese sido mejor no haber leído nada. Ahora conociéndome me iba a volver loca buscando información sobre aquel horrible espejo. Y así fue. Aquella misma tarde volví a la biblioteca escolar allí se encontraba el profesor Javier y pasé la tarde buscando libros sobre espejos, maldiciones y brujería sin demasiado éxito.
A la mañana siguiente, pensé en descolgar el maldito espejo y tratar de ver si tenía algún tipo de inscripción o algo parecido. Aunque de todos modos iba a necesitar ayuda ya que aquel “espejito” debía pesar un montón.
— Hello!! Good morning!!.-Salude como de costumbre en el salón se encontraba Chencho, Edgar, Ivan, Angelic y Daniela
— ¡Angelic! ¡Ven a echarme una mano please!
— ¿Qué ocurre? Dijo Angelic desde su banca.
—Que necesito una mano para descolgar este espejo
— ¿Y eso? Preguntó Dani desde el hall de entrada
— Ahora les cuento mi último descubrimiento
-Les expliqué a grandes rasgos lo que ponía en el libro de los espejos y mi inquietud al respecto de aquel horrible espejo en particular.
— ¿Y por una tontería que has leído en no sé que libro pretendes descolgarlo? Además, igual no pone nada en la parte trasera. Dijo Angelic deseando no tener que descolgar aquel pesado objeto.
— Por fa...hazlo por mí.
— Esta bien, pero si es rompe la mala suerte te la quedas tú. Respondió entre risas.

-La verdad es que aquel espejo pesaba una barbaridad. Lo descolgamos y lo pusimos de cara a la pared para poder ver la parte trasera. Allí sólo había un papel adhesivo sucio y medio roto pegado en la madera donde con dificultad se podía leer “antigüedades Lupita”. De pronto tanto Angelic como yo nos sentimos mal. Algo mareadas, como si el esfuerzo realizado hubiese sido muy superior al real.
— A saber si eso aún existe y de existir a saber dónde puede estar. Dijo Chencho con cierto escepticismo
—Buscaré en internet a ver si sale algo- dije.
O preguntarle a Fer- dijo Ivan.
-Tras colgar aquel espejo de nuevo me mentí a la biblioteca a navegar por la red en busca de aquella casa de antigüedades. Me pasé un buen rato rebuscando entre miles de falsas pistas y referencias y al final encontré un link que sonaba medianamente bien; “Casa anticuario Lupita desde 1810”. Al parecer era un anticuario del D.F. y al menos en apariencia todavía estaba en funcionamiento, a pesar de haber estado desde la Revolución. Entré en el link y apunté el número de teléfono que aparecía en la página. En ese instante Daniela entró en la biblioteca.
—¿Qué tal tu búsqueda?
— Encontré el sitio. Está en el D.F. y parece que aún existe. Llamaré al rato. A esta hora estará cerrado sin lugar a dudas.
Esperé que diesen las diez y llamé a aquel teléfono.
— A ver...56 453 65 87.
— Casa de antuguedades Lupíta dígame...
— Hola buenos días. Mire llamo porque estoy intentando averiguar los orígenes de un espejo antiguo en cuyo dorso estaba pegada una etiqueta vuestra.
—¿Cuándo se adquirió el espejo?
— No tengo ni idea pero como mínimo antes de 1935.
Si los habitantes recordaban haberlo visto siempre ahí al menos podía usar el año del nacimiento de la escuela como referencia.

— ¿1935?...uufff...creo que de entonces no guardamos ningún registro. Voy a preguntar ala propietaria pero creo recordar que los archivos se remontan a 1950. Lo único sería que el padre de la actual propietaria que fue quien llevaba esto antes recordase algún dato. Lo que ocurre es que tiene noventa y tres años y no sé hasta que punto...Bueno voy a hablar con Chavela y le digo algo. ¿Dónde puedo llamarla? ¿Y su nombre es?
-Aquella mañana se me hizo eterna. No fue hasta media tarde que la mujer que me había atendido me volvió a llamar, ya estaba en el trabajo asi que fue breve
— ¿Puedo hablar con Grecia Velázquez?
— Si soy yo.
— Hola Grecia, soy Sofía de Antigüedades Lupita. Hemos hablado esta mañana.
— Sí, dígame.
— La propietaria me comenta que no hay registros tan viejos y que aquí sólo cabría la posibilidad de mirar de preguntarle a su padre. Le voy a dar un mail para que me pase una foto del espejo y todos los datos que pueda a su respecto y en cuanto podamos le decimos algo.
— No sabe como se lo agradezco. Dígame el mail.
— Lalupitaantics@hotmail.com
— En seguida les hago llegar la foto. Gracias de nuevo.
-En cuanto colgué con el celular me puse frente a aquel espejo para tomar una foto. Luego la pase por mail a mi correo con el fin de mandarla pero...sorpresa. Al ver la foto en el visor de imágenes me quedé helada.
— ¿Qué hay dentro del espejo? Exclamé algo asustada
Amplié la imagen hasta dónde me fue posible y enfoqué nuevamente la imagen. El espejo estaba lleno e caras. Caras con expresiones de terror, con muecas dantescas, caras que se superponían, caras que a juzgar por sus peinados y atuendos no era actuales sino de épocas pasadas. Me aparté de un brinco del celular y caminé lentamente hacía aquel diabólico objeto. Estaba muerta de miedo.

— ¿Quiénes son esas personas, que les has hecho? ¿Qué eres exactamente? ¿Qué quieres de nosotros?... ¿Qué debería hacer? Me pregunté finalmente a mi misma.
Envié el mail al anticuario explicándole lo de las caras y pidiéndole cualquier dato que pudiese recordar. Un vez hube enviado el mail busqué en Internet librerías esotéricas. Quizás ahí encontrase algún libro dedicado a objetos malditos. O eso, o llamaba directamente a un exorcista, o a Mulder y a Scully.
Le enseñe la foto a mis compañeros, Jose Luis y Fer se pusieron a buscar, pasaron un par de días hasta que fuimos a la librería México. Pasamos allí toda la tarde y tan sólo encontramos un libro sobre brujería en la Italia del siglo XV y XVI dónde se hacía mención a los rituales con espejos. Nos sacamos de onda, espejos italianos en México, y para colmo en una escuela, nuestra escuela.
Fer se llevó el libro a casa con el fin de leerlo entero y estudiar su contenido. Devoró sus páginas durante toda la noche, apenas durmió y cuando llevaba más del ochenta por ciento del libro encontró un dato interesante.
Espejos malditos:
Existen numerosas referencias históricas que hacen mención a maldiciones asociadas a espejos. La mayor parte de ellas entroncan con las supersticiones y creencias populares de que los espejos son una puerta a un universo paralelo o bien a que cuando en una casa muere alguien deben cubrirse los espejos para que el alma del difunto no quede presa en ellos. De todas estas supersticiones o leyendas la que más peso ha adquirido a lo largo de los años es probablemente la de cubrir los espejos cuando alguien muere. Esta leyenda en particular entronca con las múltiples referencias que existen en el imaginario italiano sobre el uso que las "streghas" (denominación que reciben las brujas italianas) hacían de los espejo; en especial con el maleficio atribuido a los espejos roba almas*.
Acto seguido busque el asterisco en los anexos.
*Espejo roba almas: los espejos roba almas surgen en Murano a finales del SXVI. Formaban parte de los primeros espejos que vieron la luz y la leyenda cuenta que las “streghas” de la zona fueron sus primeras compradoras. Para ellas el culto al cuerpo y la belleza eran la razón de ser su magia que era básicamente amorosa; de ahí que los espejos fuesen para ellas de vital importancia. Por el miedo a su robo, ya que en la época eran considerados objetos de lujo, lanzaron sobre ellos una maldición que vinculaba los espejos a la casa donde estaban quitando la vida y atrapando en su interior el alma de todo aquel que pretendiese robarlos.

Todos nos conectamos al face en la noche para discutir el punto
— ¿Y si no lo robamos pero lo sacamos de la escuela? Mmmmm...Esto no pinta nada bien. Porque si están asociados a una casa en cuanto trate de sacarlo el espejo interpretará que lo roban. Pero por otra parte...no siempre estuvo en nuestra escuela. Si eso es así alguien debió morir al sacar el espejo de su localización original. A menos que no exista una manera o que se deshiciera el hechizo. Pero no creo que el hechizo esté desecho, si lo estuviera no creo que apareciesen las caras de la fotografía. ¿Y que ocurre cuando lo pones en otra casa? ¿Cuál es entonces “su casa”? Uuuuffff.
No llegamos a nada, la mañana siguiente transcurrio sin noticia alguna de la casa de antigüedades
-Buenas tardes soy Chavela.
— Hola buenas tardes, mi nombre es Grecia y llamé hace un par de días con respecto a un viejo espejo.
— Si lo sé. Mandó usted la foto por mail y una foto así de extraña no pasa desapercibida. ¿Qué es lo que se ve dentro del espejo?
— Esperaba que usted o su padre me lo pudiesen decir...al natural no se ve nada pero al hacerle la foto...
— Ayer por la noche le pregunté a mi padre acerca del espejo en cuestión. Primero, pensé que ni tan siquiera sabía de que le hablaba pero cuando vio la foto su cara se trasformó y adopto una expresión de terror que jamás había visto. Se puso muy alterado y me preguntó de dónde la había sacado. Le conté toda la historia y cuando acabé me dijo muy nervioso que ese espejo era el mismísimo diablo.
— ¿Y?
— Cuando conseguí que se tranquilizara me contó que el tan sólo lo había visto dos veces; una de muy niño colgado en la antigua casa que mis bisabuelos tenían la Narvarte y la segunda y última vez fue en 1929 con trece años cuando su padre llevó el espejo al Estado para venderlo. Me dijo que el espejo llegó completamente tapado y que jamás lo vio destapado mientras estuvo en la tienda. Que lo vendieron a un precio bastante bajo y que se compró a través de una fotografía y el documento original donde constaban la fecha de fabricación y el origen.
—¿Y esa fotografía era como la mía?
— No lo sé, no me habló de ella.
— ¿Dijo algo respecto a cómo sacó su padre el espejo de la casa, o si después de sacarlo hubo algún suceso fuera de la normal?
— Sólo me dijo que si quería saber más sobre el espejo que debería recurrir a los archivos de la diócesis de Santa Maria del Sufragio en Santa Maria la Rivera. Que buscase entre los casos catalogados como “brujería y exorcismo” de finales del siglo XVI. Bueno y añadió otro dato. Me dijo que no hay que mirarse en ese espejo que lo cubra desde un sitio dónde el no pueda verla, que ese espejo tiene ojos y oídos.
— No se imagina lo útil que ha sido hablar con usted. Dígale a su padre que si recuerda algo más que no dude en llamarme a cualquier hora del día.
— ¿Puedo preguntarle qué ocurre exactamente con ese espejo?
— ¿No lo ha explicado su padre nada al respecto?
— No. Estaba tan asustado que tuve que arrancarle las palabras.
— Digamos que es un objeto maldito, con vida propia y lo que trato de averiguar no es tanto cómo deshacerme de él, tal y como hizo su bisabuelo, sino cómo destruirlo. No quiero que pueda hacer daño a nadie más.
— Entiendo. ¿Pero realmente cree en maleficios y esas cosas en pleno siglo XXI?
— Sólo creo en lo que veo y lo de ese espejo no pertenece a este mundo, se lo puedo asegurar. Gracias de nuevo y si recuerdan algo más ya saben dónde estoy.
— Por cierto, al final cuando yo ya me iba añadió algo más y aunque yo no le encuentro demasiado sentido quizás usted sí. Dijo algo así como “Solamente un altro specchio romperà la maledizione”
— Sentido tiene mucho pero de fácil no tiene nada. Gracias de todos modos.
— De nada y suerte.
-Antes de hacer nada tenía que contarle toda la historia al grupo. Angelic al igual que Jose Luis tan sólo sabían que estaba investigando sobre los orígenes de aquel espejo pero lo que no imaginaba era todo lo que había ido descubriendo con posterioridad. Ahora debía contarles todo. Era bueno que supiese con que nos estábamos enfrentando y que me ayudasen a pensar cómo acabar con aquello.
A la mañana siguiente llame a la diócesis.

— Vera, tengo en mi poder un antiguo espejo Italiano del SXVI y según su antiguo propietario en los registros de esta diócesis puede haber información sobre los procesos de brujería asociados a este tipo de espejos.
— ¿Brujería? ¿ espejos?...ma..¿Qué está buscando?
— Averiguar cómo puedo deshacerme de un antiguo espejo roba almas fabricado en Murano en el siglo XVI.
— ¡Espejo roba animas! ¿Tiene uno en su poder?
— Si, por desgracia.
— Es fantastico! No sabe como querría estar allí.
— Agradezco su entusiasmo pero verá…yo lo que querría saber es cómo acabar con él…”eliminare”
— ¿Eliminarle? Ma… ¡Que cosa dice!... ¿No hablará en serio? Es una obra de arte.
-En ese preciso instante comprendí que jamás lograría que aquel hombre me entendiese. Lo que para mí era una amenaza y algo a destruir para él era una obra de arte. Así que sin pensarlo dos veces colgué el teléfono.
Las clases pasaron una tras otra el cansancio era horrendo y fue cuando ya empezaban a flaquearnos las fuerzas y el sueño se iba haciendo presa de nuestros cuerpos cuando una especie de melodía extraña llamó nuestra atención. Era como una melodía muy suave, algo así como una mezcla entre un pitido y un sonido rítmico. Todos nos miramos extrañados por aquel sonido.
— ¿Oyen eso?-preguntó Ricardo
— ¿Qué puede emitir ese extraño sonido?- dijo Fer
— Ni idea. Espera voy a ver- Dijo Angelic
— ok.-respondi
-No pasó ni un minuto cuando desde el baño Angelic exclamó con voz alarmada.
— ¡Vengan! ¡Dense prisa!
-Salímos corriendo por la puerta hacia el baño. El sonido era cada vez más intenso y comenzamos a ver extrañas luces reflejándose en las paredes del baño. Luces de varios tonos que se movían de un lado a otro como si tuviesen vida propia. Angelic estaba allí inmóvil mirando hacia el espejo con la cara desencajada. Me acerqué a él y miré al espejo, el espejo había empezado a emitir sonidos y luces que parecían debilitarnos. Era como si gracias a aquellas luces el reflejo de aquel diabólico objeto tomara algo de nosotros y en ella las caras que aquella fotografía había logrado captar. Sin pensarlo demasiado agarré a Angelic por el brazo y le arrastré al exterior del baño, fuimos al salón a agarrar su cobija y tapamos el espejo.
— Chicos, esto se nos va de la manos .El espejo ya conoce nuestras intenciones y o hacemos algo o será el quien lo haga.
— ¿Pero qué quieres hacer? ¿Acaso sabes lo que hay que hacer?- dijo Mine
— No. Sólo se me ocurre una cosa. El viejo anticuario dijo algo que quizás…
— ¿El qué Grecia?-dijo Jose Luis
— ¿Qué significa para ti “Solamente un altro specchio romperà la maledizione”?-pregunte
— ¿Sólo otro espejo romperá el hechizo?-contesto Fer
—Sí, literalmente es eso pero… ¿Cómo te imaginas que eso pudiese realizarse?
— ¿Es eso lo único que tienes peque?- pregunto
— ¿Tienes tu acaso algo mejor? ¿O cerramos la escuela para siempre y ponemos fuera un cartel donde se lea “no entrar espejo embrujado suelto”?
— Me alegra ver que conservas tu sentido del humor. Bueno… ¿y qué propones?-pregunto Fer
— ¿Tenemos algún otro espejo grande?
— Que yo sepa…
— ¿Y en casa de algún vecino, conocido, amigo cercano? ¡Piensen chicos, piensen y rápido por Dios!
— ¡No me pongas nervioso! ¡Nunca he funcionado bien bajo presión! Nietzsche dice que la concepción del tiempo consiste en aceptar que todos los acontecimientos del mundo, todas las situaciones pasadas, presentes y futuras se repetirán eternamente.-como siempre Fer y sus teorías.
— A mi no se me ocurre nadie.-mascullo Israel.
— ¡Creo que ya lo tengo! En las garnachas de la vuelta esta colgado uno grande.-dijo Chencho
— es cierto, vamos.-Jeronimo dijo animado
Corriendo fueron Chencho y Jeronimo descolgaron el espejo que tenían.
— ¡Es una urgencia, enseguida se lo devolvemos! Exclamó Jeronimo ante la cara de desconcierto de aquella buena mujer.
Corrieron con aquel espejo a cuestas hasta la entrada de casa y una vez allí Chencho lo apoyó en el pasto y me miró en busca de instrucciones.
— No tengo ni idea pero la lógica me dice que lo suyo sería enfrentar un espejo con el otro cuando el maldito esté en pleno funcionamiento. Es decir, algo así como que al reflejarse en otro espejo su propio hechizo se vuelva contra él. ¿Tiene eso sentido?
No era un gran plan y la mera idea de volver a entrar ahí me daba pavor pero tampoco podía pensar en una solución mejor que aquella. Así que entré al baño mirando a todos lados menos al maldito espejo de marras. Me Subí la taza de baño y me puse justo encima de él. Sentía unas ganas increíbles de mirar pero sabía que no debía hacerlo. De ello dependía mi vida y la de todos en la UDP. Agarré la manta y la dejé caer mientras avisaba a Angelic para que entrase en el baño. Pese a tener los ojos cerrados la luz que aquel espejo emanaba era tan fuerte que me costaba no abrirlos, sentía como si me quemasen los párpados y alguna que otra lágrima resbalaba por mis mejillas.
— ¡Angelic!, ¿cómo vas?
— ¡Voy avanzando! ¡Tranquila!
-El ruido era ahora ensordecedor. Un pitido agudo acompañado de ráfagas intermitentes de distorsiones cómo las que emite un televisor sin sintonizar habían suplido la melodía inicial. El estruendo era tan fuerte que a Angelic le empezaron a sangrar los oídos.
— ¡Tápate los oídos peque, me temo que esto sólo ha hecho que empezar!-grito Fernando
— ¡Date prisa por favor!- le dije
— ¡Te aseguro que por la cuenta que me trae eso intento! No te imaginas el campo de fuerza que el espejo está haciendo sobre mí.- Angelic repuso

De pronto, aquel sonido agudo cesó y se empezó a oír un crujido estremecedor y de forma casi entrelazada se podían escuchar voces de todo tipo. Voces cercanas, lejanas, jóvenes, viejas, de hombres y mujeres…
— ¿Qué está pasando Grecia?-preguntaron los chicos del salón  
— Sé y oigo lo mismo que ustedes. Quiero imaginar que el enfrentar ambos espejos está dando resultado y las almas atrapadas en el se están liberando. De hecho la presión que el espejo ejercía sobre mí ha remetido.
— ¡Cuanto daría por poder abrir los ojos!
— ¿Cómo sabremos que todo ha terminado?
— ¿Intuición?
— ¡vaya respuesta!
— No tengo una mejor, lo siento
— Está bien pero esta vez deja que la intuición sea la mía. ¿Sale?
— Sale.
-Entonces se generó un silencio casi sepulcral. No se oían ni tan siquiera nuestras respiraciones; era como si se hubiese creado el vacío. Tanto Angelic como yo permanecimos en silencio intentando agudizar nuestro oído. ¿Se habría acabado todo o por el contrario aquello era tan sólo una estrategia para hacernos abrir los ojos? Creí que el corazón me iba a estallar; latía tan fuerte y tan rápido que sus pulsaciones se hacían tácitas incluso en mi cuello.
— ¿Crees que ha acabado? Pregunté con la voz temblorosa
— Todavía no te muevas. Esperaremos un momento y luego abriré los ojos. Pero sólo yo. Si todo está en orden los abres tú pero, si no te contesto, o te digo que huyas, vete escaleras abajo y sal sin mirar atrás. ¿Vale Angelic?
— Pero no voy a dejarte-dijo Angelic
— Te vas y punto., bueno se van, le dices a los otros que corran. Si el espejo acaba con todos, todo esto no habrá valido de nada. ¿Lo harán?
— De acuerdo, lo haremos.

-En aquel preciso instante abrí lentamente los ojos y un suspiro lleno de emoción contenida y sorpresa emanó de mis labios, y con un hilo de voz entrecortado y casi inaudible susurré:
—Angelic…abre los ojos…
-Abrió los ojos a toda prisa y la respiración se le congeló en la garganta. La parte posterior del salón se hallaba repleta de destellos de mil colores que parecían danzar y a su paso impregnaban los jardines y los suelos dejando tras de si una estela luminosa. A la vez un suave aroma a tomillo y lavanda embriagaba el aire que respirábamos.
De fondo se podían oír susurros de voces que a nuestro entender debieron pertenecer alguna vez a seres humanos. Miré al suelo y vi las lunas de ambos espejos hechas añicos.
Todos los del salón salieron.
—¿Qué se supone que son esas luces?- Pregunto Lucero en voz baja con miedo a romper aquella visión casi celestial.
— ¿Almas? No lo sé Luz, pero si cada una de esas luces es lo que parece creo que hemos conseguido romper el hechizo. –dijo Darwin
— ¿Y a dónde se supone que van? ¿Van a quedarse aquí? –pregunto Minerva
— Creo que ahora eso es lo de menos. Lo importante es que esta pesadilla se ha acabado y estamos vivos para contarlo.-concluyo José Luis
Atónitos por el hermoso espectáculo permanecimos todavía un buen rato inmóviles. Poco a poco aquellas luces fueron palideciendo y las voces acallándose y confundiéndose en el mundanal ruido que entraba por las paredes desde la calle.
Por fin podíamos volver a la tranquilidad de nuestras vidas y olvidarnos de espejos y maldiciones, pensé. La única preocupación será el tener buenas notas.
 Aunque he de reconocer que desde entonces cada vez que me miro en un espejo ya nada es igual. Desde ese día siento aún con más fuerza que antes que alguien me observa desde el otro lado del espejo intentando salir o meterme.



Cuento Fantástico
Existió un país donde todos eran felices y donde el dinero era abundante hasta el huevo era barato, sin embargo, no todo era real, porque afuera de ese país todo era penumbra, ya que los ciudadanos veían las cosas como querían, ellos eran optimistas, algo raro era que estos ciudadanos eran preparados, sabios y capaces de las cosas mas maravillosas, pero en las afueras vivía un malvado brujo: Ricardo, él de alguna u otra forma era malvado, no obstante los habitantes lo mataron con una pistola de agua, ya bien moría, ya bien revivía, porque este brujo tenia mucho poder sobre el pueblo, se alimentaba de huevo y era su máxima fuente de poder, pura proteína, esto es, estaba bien fibroso, mas bien es un loco, sino que el huevo le daba una inteligencia sin igual, bien un ser místico e iluminado y de repente llegaron unos marcianos bailando el chachachá, bien movidos, y jacarandosos o con el ritmo por dentro, ni tardos ni perezosos bailaron con Darwin.
Darwin despertó y dijo:- ora que mal sueño he tenido yo.



Preposiciones
A lo largo del día ante tu misterio divino, bajo la luz de la luna con esperanza, contra todo presagio de una manera sutil, desde aquella primavera en la que te conocí, entre la arbolada, hacia mi te dirigiste, hasta que me rendí para ser conquistada, según lo dicta el amor: sin mesura ni condición, sobre un campo de flores tras de mi vas por lo cual estoy ilusionada.

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