26
CUENTOS PARA PENSAR
Jorge Bucay
¿COMO
CRECER?
Un
rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y flores se
estaban muriendo.
El
Roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el Pino.
Volviéndose
al Pino, lo halló caído porque no podía dar uvas como la Vid. Y la
Vid
se moría porque no podía florecer como la Rosa.
La
Rosa lloraba porque no podía ser alta y sólida como el Roble. Entonces encontró
una planta, una fresia, floreciendo y más fresca que nunca.
El
rey preguntó:
¿Cómo
es que creces saludable en medio de este jardín mustio y sombrío?
No
lo sé. Quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste, querías
fresias. Si hubieras querido un Roble o una Rosa, los habrías plantado. En
aquel momento me dije: "Intentaré ser Fresia de la mejor manera que
pueda".
Ahora
es tu turno. Estás aquí para contribuir con tu fragancia. Simplemente mírate a
vos mismo.
No
hay posibilidad de que seas otra persona.
Podes
disfrutarlo y florecer regado con tu propio amor por vos, o podes marchitarte
en tu propia condena...
ANIMARSE
A VOLAR
Y
cuando se hizo grande, su padre le dijo:
-Hijo
mío, no todos nacen con alas. Y si bien es cierto que no tienes obligación de
volar, opino que sería penoso que te limitaras a caminar teniendo las alas que
el buen Dios te ha dado.
-Pero
yo no sé volar – contestó el hijo.
-Ven
– dijo el padre.
Lo
tomó de la mano y caminando lo llevó al borde del abismo en la montaña.
-Ves
hijo, este es el vacío. Cuando quieras podrás volar. Sólo debes pararte aquí,
respirar profundo, y saltar al abismo. Una vez en el aire extenderás las alas y
volarás...
El
hijo dudó.
-¿Y
si me caigo?
-Aunque
te caigas no morirás, sólo algunos machucones que harán más fuerte para el
siguiente intento –contestó el padre.
El
hijo volvió al pueblo, a sus amigos, a sus pares, a sus compañeros con los que
había caminado toda su vida.
Los
más pequeños de mente dijeron:
-¿Estás
loco?
-¿Para
qué?
-Tu
padre está delirando...
-¿Qué
vas a buscar volando?
-¿Por
qué no te dejas de pavadas?
-Y
además, ¿quién necesita?
Los
más lúcidos también sentían miedo:
-¿Será
cierto?
-¿No
será peligroso?
-¿Por
qué no empiezas despacio?
-En
todo casa, prueba tirarte desde una escalera.
-...O
desde la copa de un árbol, pero... ¿desde la cima? El joven escuchó el consejo
de quienes lo querían.
Subió
a la copa de un árbol y con coraje saltó...
Desplegó
sus alas.
Las
agitó en el aire con todas sus fuerzas... pero igual... se precipitó a
tierra... Con un gran chichón en la frente se cruzó con su padre:
-¡Me
mentiste! No puedo volar. Probé, y ¡mira el golpe que me di!. No soy como tú.
Mis alas son de adorno... – lloriqueó.
-Hijo
mío – dijo el padre – Para volar hay que crear el espacio de aire libre
necesario para que las alas se desplieguen.
Es
como tirarse en un paracaídas... necesitas cierta altura antes de saltar. Para
aprender a volar siempre hay que empezar corriendo un riesgo.
Si
uno quiere correr riesgos, lo mejor será resignarse y seguir caminando como siempre.
EL
BUSCADOR
Esta
es la historia de un hombre al que yo definiría como buscador
Un
buscador es alguien que busca. No necesariamente es alguien que encuentra. Tampoco
es alguien que sabe lo que está buscando. Es simplemente para quien su vida es
una búsqueda.
Un
día un buscador sintió que debía ir hacia la ciudad de Kammir. Él había
aprendido a hacer caso riguroso a esas sensaciones que venían de un lugar
desconocido de sí mismo, así que dejó todo y partió. Después de dos días de
marcha por los polvorientos caminos divisó Kammir, a lo lejos. Un poco antes de
llegar al pueblo, una colina a la derecha del sendero le llamó la atención.
Estaba tapizada de un verde maravilloso y había un montón de árboles, pájaros y
flores encantadoras. La rodeaba por completo una especie de valla pequeña de
madera lustrada… Una portezuela de bronce lo invitaba a entrar. De pronto sintió
que olvidaba el pueblo y sucumbió ante la tentación de descansar por un momento
en ese lugar. El buscador traspaso el
portal y empezó a caminar lentamente entre las piedras blancas que estaban
distribuidas como al azar, entre los árboles. Dejó que sus ojos eran los de un
buscador, quizá por eso descubrió, sobre una de las piedras, aquella
inscripción… “Abedul Tare, vivió 8 años, 6 meses, 2 semanas y 3 días”. Se
sobrecogió un poco al darse cuenta de que esa piedra no era simplemente una
piedra. Era una lápida, sintió pena al pensar que un niño de tan corta edad
estaba enterrado en ese lugar… Mirando a su alrededor, el hombre se dio cuenta
de que la piedra de al lado , también tenía una inscripción, se acercó a leerla
decía “Llamar Kalib, vivió 5 años, 8 meses y 3 semanas”. El buscador
se
sintió terrible mente conmocionado. Este hermoso lugar, era un cementerio
y
cada piedra una lápida. Todas tenían inscripciones similares: un nombre y el
tiempo de vida exacto del muerto, pero lo que lo contactó con el espanto, fue
comprobar que, el que más tiempo había vivido, apenas sobrepasaba 11 años.
Embargado por un dolor terrible, se sentó y se puso a llorar. El cuidador del
cementerio pasaba por ahí y se acercó, lo miró llorar por un rato en silencio y
luego le preguntó si lloraba por algún familiar.
-
No ningún familiar – dijo el buscador - ¿Qué pasa con este pueblo?, ¿Qué cosa
tan terrible hay en esta ciudad? ¿Por qué tantos niños muertos enterrados en
este lugar? ¿Cuál es la horrible maldición que pesa sobre esta gente, que lo ha
obligado a construir un cementerio de chicos?
El
anciano sonrió y dijo: -Puede usted serenarse, no hay tal maldición, lo que
pasa es que aquí tenemos una vieja costumbre. Le contaré: cuando un joven
cumple 15 años, sus padres le regalan una libreta, como esta que tengo aquí,
colgando del cuello, y es tradición entre nosotros que, a partir de allí, cada
vez que uno disfruta intensamente de algo, abre la libreta y anota en ella: a
la izquierda que fu lo disfrutado…, a la derecha, cuánto tiempo duró ese gozo.
¿Conoció a su novia y se enamoró de ella? ¿Cuánto tiempo duró esa pasión enorme
y el placer de conocerla?… ¿Una semana?, dos?, ¿tres semanas y media?… Y
después… la emoción del primer beso, ¿cuánto duró?, ¿El minuto y
medio
del beso?, ¿Dos días?, ¿Una semana? … ¿y el embarazo o el nacimiento del primer
hijo?…, ¿y el casamiento de los amigos?, ¿y el viaje más deseado?, ¿y el encuentro
con el hermano que vuelve de un país lejano…?¿Cuánto duró el disfrutar de estas
situaciones?… ¿horas?, ¿días?… Así vamos anotando en la libreta cada momento, cuando
alguien se muere, es nuestra costumbre abrir su libreta y sumar el tiempo de lo
disfrutado, para escribirlo sobre su tumba. Porque ese es, para nosotros, el
único y verdadero tiempo vivido.
EL
ELEFANTE ENCADENADO
Cuando
yo era chico me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos
eran los animales. También a mí como a otros, después me enteré, me llamaba la atención
el elefante. Durante la función, la enrome bestia hacia despliegue de su tamaño,
peso y fuerza descomunal... pero después de su actuación y hasta un rato antes
de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que
aprisionaba una de sus patas clavada a una pequeña estaca clavada en el suelo.
Sin embargo, la estaca era solo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado
unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa me parecía
obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza,
podría, con facilidad, arrancar la estaca y huir. El misterio es evidente: ¿Qué
lo mantiene entonces?
¿Por
qué no huye? Cuando tenía 5 o 6 años yo todavía en la sabiduría de los
grandes.
Pregunté entonces a algún maestro, a algún padre, o a algún tío por
el
misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se
escapaba porque estaba amaestrado. Hice entonces la pregunta obvia: -Si está
amaestrado, ¿por qué lo encadenan? No recuerdo haber recibido ninguna respuesta
coherente. Con el tiempo me olvide del misterio del elefante y la estaca... y
sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho la
misma pregunta. Hace algunos años descubrí que por suerte para mí alguien había
sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta:
El
elefante del circo no se escapa porque ha estado atado a una estaca parecida
desde muy, muy pequeño. Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto
a la estaca. Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró, sudó,
tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo, no pudo. La estaca era
ciertamente muy fuerte para él. Juraría que se durmió agotado, y que al día
siguiente volvió a probar, y también al otro y al que le seguía... Hasta que un
día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó
a su destino. Este elefante enorme y poderoso, que vemos en el circo, no se
escapa porque cree -pobre - que NO PUEDE. Él tiene registro y recuerdo de su
impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer. Y lo peor es
que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro. Jamás... jamás...
intentó poner a prueba su fuerza otra vez...
EL
OSO
Esta
historia habla de un sastre, un zar y su oso.
Un
día el zar descubrió que uno de los botones de su chaqueta preferida se había
caído.
El
zar era caprichoso, autoritario y cruel (cruel como todos los que enmarañan por
demasiado tiempo en el poder), así que, furioso por la ausencia del botón mandó
a buscar a su sastre y ordenó que a la mañana siguiente fuera decapitado por el
hacha del verdugo.
Nadie
contradecía al emperador de todas la Rusias, así que la guardia fue hasta la casa
del sastre y arrancándolo de entre los brazos de su familia lo llevó a la mazmorra
del palacio para esperar allí su muerte.
Cuando,
cayó el sol un guardacárcel le llevó al sastre la última cena, el sastre
revolvió el plato de comida con la cuchara y mirando al guardacárcel dijo –
Pobre del zar.
-
El guardacárcel no puedo evitar reírse - ¿Pobre del zar?, dijo pobre de ti tu
cabeza quedará separada de tu cuerpo unos cuantos metros mañana a la mañana.
-
Si, lo sé pero mañana en la mañana el zar
perderá mucho más que un sastre, el zar perderá la posibilidad de que su oso la
cosa que más quiere en el mundo su propio oso aprenda a hablar.
-
¿Tú sabes enseñarle a hablar a los osos?, preguntó el guardacárcel sorprendido.
-
Un viejo secreto familiar... – dijo el sastre.
Deseoso
de ganarse los favores del zar, el pobre guardia corrió a contarle al soberano
su descubrimiento:
¡El
sastre sabía enseñarle a hablar a los osos!
El
zar se sintió encantado. Mandó rápidamente a buscar al sastre y le ordenó:
-¡Enséñale
a mi oso a hablar nuestro gustaría complaceros pero la verdad, es que enseñar a
hablar a un oso es una ardua tarea y lleva tiempo... y lamentablemente, tiempo
es lo que menos tengo...
-El
zar hizo un silencio, y preguntó ¿cuánto tiempo llevaría el aprendizaje?
-
Bueno, depende de la inteligencia del oso... Dijo el sastre.
-
¡¡El oso es muy inteligente!! – interrumpió el zar
–
De hecho es el oso más inteligente de todos los osos de Rusia.
-Bueno,
musitó el sastre... si el oso es inteligente... y siente deseos de aprender...
yo creo... que el aprendizaje duraría... duraría... no menos de...... DOS AÑOS.
El
zar pensó un momento y luego ordenó:
-
Bien, tu pena será suspendida por dos años, mientras tanto tú entrenarás al
oso. ¡Mañana empezarás!
-
Alteza - dijo el sastre – Si tu mandas al verdugo a ocuparse de mi cabeza,
mañana estarán muerto, y mi familia, se las ingeniará para poder sobrevivir.
Pero si me conmutas la pena, yo tendré que dedicarle el tiempo a trabajar, no
podré dedicarme a tu oso... debo mantener a mi familia.
-
Eso no es problema – dijo el zar – A partir de hoy y durante dos años tú y tu
familia estarán bajo la protección real. Serán vestidos, alimentados y educados
con el dinero de la corte y nada que necesiten o deseen, les será negado...
Pero, eso sí... Si dentro de dos años el oso no habla... te arrepentirás de
haber pensado en esta propuesta... Rogarás haber sido muerto por el verdugo...
¿Entiendes,
verdad?
-
Sí, alteza.
-
Bien... ¡Guardias! - gritó el zar –Que lleven al sastre a su casa en el
carruaje de la corte, denle dos bolsas de oro, comida y regalos para sus niños.
Ya... ¡Fuera!
El
sastre en reverencia y caminando hacia atrás, comenzó a retirarse mientras
musitaba agradecimientos.
-
No olvides - le dijo el zar apuntándolo con el dedo a la frente – Si en dos
años el oso no habla... – Alteza...
...Cuando
todos en la casa del sastre lloraban por la pérdida del padre de familia, el hombre
pequeño apareció en la casa en el carruaje del zar, sonriente, eufórico y con
regalos para todos.
La
esposa del sastre no cabía en su asombro. Su marido que pocas horas antes había
sido llevado al cadalso volvía ahora, exitoso, acaudalado y exultante...
Cuando
estuvo a solas el hombre le contó los hechos.
-
Estás LOCO – chilló la mujer – enseñar a hablar al oso del zar. Tú, que ni siquiera
has visto un oso de cerca, ¡Estás, loco! Enseñar a hablar al oso... Loco, estás
loco...
-
Calma mujer, calma. Mira, me iban a cortar la cabeza mañana al amanecer, ahora...
ahora tengo dos años... En dos años pueden pasar tantas cosas en dos años.
En
dos años... – siguió el sastre - se puede morir el zar... me puedo morir yo...
y lo más importante... por ahí el ¡oso habla!
EL
TEMIDO ENEMIGO
La
idea de este cuento llegó a mí escuchando un relato de Enrique Mariscal. Me
permití, partir de allí prolongar el cuento transformarlo en otra historia con
otro mensaje y otro sentido. Así como está ahora se lo regalé una tarde a mí
amigo Norbi.
Había
una vez, en un reino muy lejano y perdido, un rey al que le gustaba sentirse poderoso.
Su deseo de poder no se satisfacía sólo con tenerlo, él, necesitaba además, que
todos lo admiraran por ser poderoso, así como la madrastra de Blanca Nieves no le
alcanzaba con verse bella, también él necesitaba mirarse en un espejo que le
dijera lo poderoso que era.
Él
no tenía espejos mágicos, pero contaba con un montón de cortesanos y sirvientes
a su alrededor a quienes preguntarle si él, era el más poderoso del reino.
Invariablemente
todos le decían lo mismo:
-Alteza,
eres muy poderoso, pero tú sabes que el mago tiene un poder que nadie posee:
Él, él conoce el futuro.
(En
aquel tiempo, alquimistas, filósofos, pensadores, religiosos y místicos eran
llamados, genéricamente “magos”).
El
rey estaba muy celoso del mago del reino pues aquel no sólo tenía fama de ser
un hombre muy bueno y generoso, sino que además, el pueblo entero lo amaba, lo
admiraba y festejaba que él existiera y viviera allí.
No
decían lo mismo del rey.
Quizás
porque necesitaba demostrar que era él quien mandaba, el rey no era justo, ni
ecuánime, y mucho menos bondadoso.
Un
día, cansado de que la gente le contara lo poderoso y querido que era el mago o
motivado por esa mezcla de celos y temores que genera la envidia, el rey urdió
un plan:
Organizaría
una gran fiesta a la cual invitaría al mago y después la cena, pediría la
atención de todos. Llamaría al mago al centro del salón y delante de los
cortesanos, le preguntaría si era cierto que sabía leer el futuro. El invitado,
tendría dos posibilidades: decir que no, defraudando así la admiración de los
demás, o decir que sí, confirmando el motivo de su fama. El rey estaba seguro de
que escogería la segunda posibilidad. Entonces, le pediría que le dijera la
fecha en la que el mago del reino iba a morir. Éste daría una respuesta, un día
cualquiera, no importaba cuál. En ese mismo momento, planeaba el rey, sacar su espada
y matarlo. Conseguiría con esto dos cosas de un solo golpe: la primera,
deshacerse de su enemigo para siempre; la segunda, demostrar que el mago no
había podido adelantarse al futuro, y que se había equivocado en su predicción.
Se acabaría, en una sola noche. El mago y el mito de sus poderes...
Los
preparativos se iniciaron enseguida, y muy pronto el día del festejo llegó...
...Después
de la gran cena. El rey hizo pasar al mago al centro y ante el silencio de
todos le preguntó:
-
¿Es cierto que puedes leer el futuro?
-
Un poco – dijo el mago.
-
¿Y puedes leer tu propio futuro, preguntó el rey?
-
Un poco – dijo el mago.
-
Entonces quiero que me des una prueba - dijo el rey -
¿Qué
día morirás? ¿Cuál es la fecha de tu muerte? El mago se sonrió, lo miró a los
ojos y no contestó.
-
¿Qué pasa mago? - dijo el rey sonriente -¿No lo sabes?... ¿no es cierto que
puedes ver el futuro?
-
No es eso - dijo el mago - pero lo que sé, no me animo a decírtelo.
-
¿Cómo que no te animas?- dijo el rey-... Yo soy tu soberano y te ordeno que me lo
digas. Debes darte cuenta de que es muy importante para el reino, saber cuando
perdemos a sus personajes más eminentes... Contéstame pues, ¿cuándo morirá el
mago del reino?
Luego
de un tenso silencio, el mago lo miró y dijo:
-
No puedo precisarte la fecha, pero sé que el mago morirá exactamente un día
antes que el rey...
Durante
unos instantes, el tiempo se congeló. Un murmullo corrió por entre los
invitados.
El
rey siempre había dicho que no creía en los magos ni en las adivinaciones, pero
lo cierto es que no se animó a matar al mago.
Lentamente
el soberano bajó los brazos y se quedó en silencio... Los pensamientos se
agolpaban en su cabeza.
Se
dio cuenta de que se había equivocado.
Su
odio había sido el peor consejero.
-
Alteza, te has puesto pálido. ¿Qué te sucede? – preguntó el invitado.
-
Me siento mal - contestó el monarca – voy a ir a mi cuarto, te agradezco que
hayas venido.
Y
con un gesto confuso giró en silencio encaminándose a sus habitaciones...
El
mago era astuto, había dado la única respuesta que evitaría su muerte.
¿Habría
leído su mente?
La
predicción no podía ser cierta. Pero... ¿Y si lo fuera?... Estaba aturdido
Se
le ocurrió que sería trágico que le pasara algo al mago camino a su casa.
El
rey volvió sobre sus pasos, y dijo en voz alta:
-
Mago, eres famoso en el reino por tu sabiduría, te ruego que pases esta noche en
el palacio pues debo consultarte por la mañana sobre algunas decisiones reales.
-
¡ Majestad! Será un gran honor... – dijo el invitado con una reverencia.
El
rey dio órdenes a sus guardias personales para que acompañaran al mago hasta
las habitaciones de huéspedes en el palacio y para que custodiasen su puerta
asegurándose de que nada pasara...
Esa
noche el soberano no pudo conciliar el sueño. Estuvo muy inquieto pensando qué pasaría
si el mago le hubiera caído mal la comida, o si se hubiera hecho daño
accidentalmente durante la noche, o si, simplemente, le hubiera llegado su
hora.
Bien
temprano en la mañana el rey golpeó en las habitaciones de su invitado.
Él
nunca en su vida había pensado en consultar ninguna de sus decisiones, pero
esta vez, en cuánto el mago lo recibió, hizo la pregunta... necesitaba una
excusa.
Y
el mago, que era un sabio, le dio una respuesta correcta, creativa y justa.
El
rey, casi sin escuchar la respuesta alabó a su huésped por su inteligencia y le
pidió que se quedara un día más, supuestamente, para “consultarle” otro
asunto... (Obviamente, el rey sólo quería asegurarse de que nada le pasara).
El
mago – que gozaba de la libertad que sólo conquistan los iluminados – aceptó...
Desde
entonces todos los días, por la mañana o por la tarde, el rey iba hasta las
habitaciones del mago para consultarlo y lo comprometía para una nueva consulta
al día siguiente.
No
pasó mucho tiempo antes de que el rey se diera cuenta de que los consejos de su
nuevo asesor eran siempre acertados y terminara, casi sin notarlo, teniéndolos
en cuenta en cada una de las decisiones.
Pasaron
los meses y luego los años.
Y
como siempre... estar cerca del que sabe vuelve el que no sabe, más sabio. Así
fue: el rey poco a poco se fue volviendo más y más justo.
Ya
no era despótico ni autoritario. Dejó de necesitar sentirse poderoso, y
seguramente por ello dejó de necesitar demostrar su poder.
Empezó
a aprender que la humildad también podía ser ventajosa empezó a reinar de una
manera más sabia y bondadosa.
Y
sucedió que su pueblo empezó a quererlo, como nunca lo había querido antes.
El
rey ya no iba a ver al mago investigando por su salud, iba realmente para
aprender, para compartir una decisión o simplemente para charlar, porque el rey
y el mago habían llegado a ser excelentes amigos.
Un
día, a más de cuatro años de aquella cena, y sin motivo, el rey recordó.
Recordó aquel plan aquel plan que alguna vez urdió para matar a este su entonces
más odiado enemigo
Y
sé dio cuenta que no podía seguir manteniendo este secreto sin sentirse un
hipócrita.
El
rey tomó coraje y fue hasta la habitación del mago. Golpeó la puerta y apenas
entró le dijo:
-
Hermano, tengo algo que contarte que me oprime el pecho.
-
Dime – dijo el mago – y alivia tu corazón.
-
Aquella noche, cuando te invité a cenar y te pregunté sobre tu muerte, yo no
quería en realidad saber sobre tu futuro, planeaba matarte y frente a cualquier
cosa que me dijeras, porque quería que tu muerte inesperada desmitificara para
siempre tu fama de adivino. Te odiaba porque todos te amaban... Estoy tan
avergonzado...
-
Aquella noche no me animé a matarte y ahora que somos amigos, y más que amigos,
hermanos, me aterra pensar lo que hubiera perdido si lo hubiese hecho.
Hoy
he sentido que no puedo seguir ocultándote mi infamia.
Necesité
decirte todo esto para que tú me perdones o me desprecies, pero sin
ocultamientos.
El
mago lo miró y le dijo:
-
Has tardado mucho tiempo en poder decírmelo. Pero de todas maneras, me alegra, me
alegra que lo hayas hecho, porque esto es lo único que me permitirá decirte que
ya lo sabía. Cuando me hiciste la pregunta y bajaste tu mano sobre el puño de
tu espada, fue tan clara tu intención, que no hacía falta adivino para darse
cuenta de lo que pensabas hacer, - el mago sonrió y puso su mano en el hombro
del rey. – Como justo pago a tu sinceridad, debo decirte que yo también te
mentí... Te confieso hoy que inventé esa absurda historia de mi muerte antes de
la tuya para darte una lección. Una lección que recién hoy estás en condiciones
de aprender, quizás la más importante cosa que yo te haya enseñado nunca.
Vamos
por el mundo odiando y rechazando aspectos de los otros y hasta de nosotros
mismos que creemos despreciables, amenazantes o inútiles... y sin embargo, si
nos damos tiempo, terminaremos dándonos cuenta de lo mucho que nos costaría
vivir sin aquellas cosas que en un momento rechazamos.
Tu
muerte, querido amigo, llegará justo, justo el día de tu muerte, y ni un minuto
antes. Es importante que sepas que yo estoy viejo, y que mi día seguramente se
acerca. No hay ninguna razón para pensar que tu partida deba estar atada a la
mía. Son nuestras vidas las que se han ligado, no nuestras muertes.
El
rey y el mago se abrazaron y festejaron brindando por la confianza que cada uno
sentí en esta relación que habían sabido construir juntos...
Cuenta
la leyenda... que misteriosamente... esa misma noche... el mago... murió
durante el sueño.
El
rey se enteró de la mala noticia a la mañana siguiente... y se sintió desolado.
No
estaba angustiado por la idea de su propia muerte, había aprendido del mago a
desapegarse hasta de su permanencia en el mundo.
Estaba
triste, simplemente por la muerte de su amigo.
¿Qué
coincidencia extraña había hecho que el rey pudiera contarle esto al mago justo
la noche anterior a su muerte?
Tal
vez, tal vez de alguna manera desconocida el mago había hecho que él pudiera
decirle esto para quitarle su fantasía de morirse un día después.
Un
último acto de amor para librarlo de sus temores de otros tiempos...
Cuentan
que el rey se levantó y que con sus propias manos cavó en el jardín, bajo su
ventana, una tumba para su amigo, el mago.
Enterró
allí su cuerpo y el resto del día se quedó al lado del montículo de tierra,
llorando como se llora ante la pérdida de los seres queridos.
Y
recién entrada la noche, el rey volvió a su habitación.
Cuenta
la leyenda... que esa misma noche... veinticuatro horas después de la muerte del
mago, el rey murió en su lecho mientras dormía... quizás de casualidad...
quizás de dolor... quizás para confirmar la última enseñanza del maestro.
LA
ALEGORÍA DEL CARRUAJE
Un
día de octubre, una voz familiar en el teléfono me dice: -Salí a la calle que
hay un regalo para vos.
Entusiasmado,
salgo a la vereda y me encuentro con el regalo. Es un precioso carruaje
estacionado justo, justo frente a la puerta de mi casa. Es de madera de nogal
lustrada, tiene herrajes de bronce y lámparas de cerámica blanca, todo muy
fino, muy elegante, muy "chic". Abro la portezuela de la cabina y
subo. Un gran asiento semicircular forrado en pana bordó y unos visillos de
encaje blanco le dan un toque de realeza al cubículo. Me siento y me doy cuenta
que todo está diseñado exclusivamente para mí, está calculado el largo de las
piernas, el ancho del asiento, la altura del techo... todo es muy cómodo, y no
hay lugar para nadie más.
Entonces
miro por la ventana y veo "el paisaje": de un lado el frente de mi
casa, del otro el frente de la casa de mi vecino... y digo: ¡Qué bárbaro este
regalo! ¡Qué bien, qué lindo...! Y me quedo un rato disfrutando de esa
sensación.
Al
rato empiezo a aburrirme; lo que se ve por la ventana es siempre lo mismo. Me
pregunto: "¿Cuánto tiempo uno puede ver las mismas cosas?" Y empiezo
a convencerme de que el regalo que me hicieron no sirve para nada.
De
eso me ando quejando en voz alta cuando pasa mi vecino que me dice, como
adivinándome: -¿No te das cuenta que a este carruaje le falta algo?
Yo
pongo cara de qué-le-falta mientras miro las alfombras y los tapizados.
-Le
faltan los caballos - me dice antes de que llegue a preguntarle.
Por
eso veo siempre lo mismo -pienso-, por eso me parece aburrido.
-Cierto
- digo yo.
Entonces
voy hasta el corralón de la estación y le ato dos caballos al carruaje. Me subo
otra vez y desde adentro les grito:
-¡¡Eaaaaa!!
El
paisaje se vuelve maravilloso, extraordinario, cambia permanentemente y eso me
sorprende.
Sin
embargo, al poco tiempo empiezo a sentir cierta vibración en el carruaje y a
ver el comienzo de una rajadura en uno de los laterales.
Son
los caballos que me conducen por caminos terribles; agarran todos los pozos, se
suben a las veredas, me llevan por barrios peligrosos.
Me
doy cuenta que yo no tengo ningún control de nada; los caballos me arrastran a
donde ellos quieren. Al principio, ese derrotero era muy lindo, pero al final
siento que es muy peligroso.
Comienzo
a asustarme y a darme cuenta que esto tampoco sirve.
En
ese momento veo a mi vecino que pasa por ahí cerca, en su auto. Lo insulto:
-¡Qué me hizo!
Me
grita:-¡Te falta el cochero!
-¡Ah!
- digo yo.
Con
gran dificultad y con su ayuda, sofreno los caballos y decido contratar un
cochero. A los pocos días asume funciones. Es un hombre formal y circunspecto
con cara de poco humor y mucho conocimiento.
Me
parece que ahora sí estoy preparado para disfrutar verdaderamente del regalo
que me hicieron. Me subo, me acomodo, asomo la cabeza y le indico al cochero a
dónde ir.
Él
conduce, él controla la situación, él decide la velocidad adecuada y elige la
mejor ruta.
Yo...
Yo disfruto el viaje.
"Hemos
nacido, salido de nuestra casa y nos hemos encontrado con un regalo: nuestro
cuerpo.
A
poco de nacer nuestro cuerpo registró un deseo, una necesidad, un requerimiento
instintivo, y se movió. Este carruaje no serviría para nada si no tuviera caballos;
ellos son los deseos, las necesidades, las pulsiones y los afectos.
Todo
va bien durante un tiempo, pero en algún momento empezamos a darnos cuenta que
estos deseos nos llegaban por caminos un poco arriesgados y a veces peligrosos,
y entonces tenemos necesidad de sofrenarlos. Aquí es donde aparece la figura del
cochero: nuestra cabeza, nuestro intelecto, nuestra capacidad de pensar
racionalmente.
El
cochero sirve para evaluar el camino, la ruta. Pero quienes realmente tiran del
carruaje son tus caballos.
No
permitas que el cochero los descuide. Tienen que ser alimentados y protegidos,
porque... ¿qué harías sin los caballos? ¿Qué sería de vos si fueras solamente
cuerpo y cerebro? Si no tuvieras ningún deseo, ¿cómo sería la vida? Sería como la
de esa gente que va por el mundo sin contacto con sus emociones, dejando que
solamente su cerebro empuje el carruaje. Obviamente tampoco podéis descuidar el
carruaje, porque tiene que durar todo el proyecto.
Y
esto implicará reparar, cuidar, afinar lo que sea necesario para su mantenimiento.
Si nadie lo cuida, el carruaje se rompe, y si se rompe se acabó el
viaje..."
OBSTÁCULOS
Voy
andando por un sendero. Dejo que mis pies me lleven.
Mis
ojos se posan en los árboles, en los pájaros, en las piedras. En el horizonte se
recorte la silueta de una ciudad. Agudizo la mirada para distinguirla bien.
Siento
que la ciudad me atrae.
Sin
saber cómo, me doy cuenta de que en esta ciudad puedo encontrar todo lo que
deseo. Todas mis metas, mis objetivos y mis logros. Mis ambiciones y mis sueños
están en esta ciudad. Lo que quiero conseguir, lo que necesito, lo que más me
gustaría ser, aquello a lo cual aspiro, o que intento, por lo que trabajo, lo
que siempre ambicioné, aquello que sería el mayor de mis éxitos.
Me
imagino que todo eso está en esa ciudad. Sin dudar, empiezo a caminar hacia
ella. A poco de andar, el sendero se hace cuesta arriba. Me canso un poco, pero
no me importa.
Sigo.
Diviso una sombra negra, más adelante, en el camino. Al acercarme, veo que una
enorme zanja me impide mi paso. Temo... dudo.
Me
enoja que mi meta no pueda conseguirse fácilmente. De todas maneras decido
saltar la zanja. Retrocedo, tomo impulso y salto... Consigo pasarla. Me repongo
y sigo caminando.
Unos
metros más adelante, aparece otra zanja. Vuelvo a tomar carrera y también la salto.
Corro hacia la ciudad: el camino parece despejado. Me sorprende un abismo que
detiene mi camino. Me detengo. Imposible saltarlo
Veo
que a un costado hay maderas, clavos y herramientas. Me doy cuenta de que está
allí para construir un puente. Nunca he sido hábil con mis manos... Pienso en
renunciar. Miro la meta que deseo... y resisto.
Empiezo
a construir el puente. Pasan horas, o días, o meses. El puente está hecho.
Emocionado, lo cruzo. Y al llegar al otro lado... descubro el muro. Un
gigantesco muro frío y húmedo rodea la ciudad de mis sueños...
Me
siento abatido... Busco la manera de esquivarlo. No hay caso. Debo escalarlo.
La ciudad está tan cerca... No dejaré que el muro impida mi paso.
Me
propongo trepar. Descanso unos minutos y tomo aire... De pronto veo, a un
costado del camino un niño que me mira como si me conociera. Me sonríe con
complicidad.
Me
recuerda a mí mismo... cuando era niño.
Quizás
por eso, me animo a expresar en voz alta mi queja: -¿Por qué tantos obstáculos
entre mi objetivo y yo?
El
niño se encoge de hombros y me contesta: -¿Por qué me lo preguntas a mí?
Los
obstáculos no estaban antes de que tú llegaras... Los obstáculos los trajiste
tú.
SUEÑOS
DE SEMILLA
En
el silencio de mi reflexión percibo todo mi mundo interno como si fuera una
semilla, de alguna manera pequeña e insignificante pero también pletórica de
potencialidades.
...Y
veo en sus entrañas el germen de un árbol magnífico, el árbol de mi propia vida
en proceso de desarrollo.
En
su pequeñez, cada semilla contiene el espíritu del árbol que será después. Cada
semilla sabe cómo transformarse en árbol, cayendo en tierra fértil, absorbiendo
los jugos que la alimentan, expandiendo las ramas y el follaje, llenándose de
flores y de frutos, para poder dar lo que tienen que dar.
Cada
semilla sabe cómo llegar a ser árbol. Y tantas son las semillas como son los
sueños secretos.
Dentro
de nosotros, innumerables sueños esperan el tiempo de germinar, echar raíces y
darse a luz, morir como semillas... para convertirse en árboles.
Árboles
magníficos y orgullosos que a su vez nos digan, en su solidez, que oigamos
nuestra voz interior, que escuchemos la sabiduría de nuestros sueños semilla.
Ellos,
los sueños, indican el camino con símbolos y señales de toda clase, en cada
hecho, en cada momento, entre las cosas y entre las personas, en los dolores y en
los placeres, en los triunfos y en los fracasos. Lo soñado nos enseña, dormidos
o despiertos, a vernos, a escucharnos, a darnos cuenta.
Nos
muestra el rumbo en presentimientos huidizos o en relámpagos de lucidez
cegadora.
Y
así crecemos, nos desarrollamos, evolucionamos...
Y un día, mientras transitamos este eterno presente que llamamos vida, las
semillas de nuestros sueños se transformarán en árboles, y desplegarán sus
ramas que, como alas gigantescas, cruzarán el cielo, uniendo en un solo trazo nuestro
pasado y nuestro futuro.
Nada
hay que temer,... una sabiduría interior las acompaña... porque cada semilla
sabe... cómo llegar a ser árbol...
UN
RELATO SOBRE AMOR
Se
trata de dos hermosos jóvenes que se pusieron de novios cuando ella tenía trece
y él dieciocho. Vivían en un pueblito de leñadores situado al lado de una
montaña. Él era alto, esbelto y musculoso, dado que había aprendido a ser
leñador desde la infancia. Ella era rubia, de pelo muy largo, tanto que le
llegaba hasta la cintura; tenía los ojos celestes, hermosos y maravillosos.
La
historia cuenta que habían noviado con la complicidad de todo el pueblo. Hasta
que un día, cuando ella tuvo dieciocho y él veintitrés, el pueblo entero se
puso de acuerdo para ayudar a que ambos se casaran.
Les
regalaron una cabaña, con una parcela de árboles para que él pudiera trabajar
como leñador. Después de casarse se fueron a vivir allí para la alegría de
todos, de ellos, de su familia y del pueblo, que tanto había ayudado en esa
relación.
Y
vivieron allí durante todos los días de un invierno, un verano, una primavera y
un otoño, disfrutando mucho de estar juntos. Cuando el día del primer aniversario
se acercaba, ella sintió que debía hacer algo para demostrarle a él su profundo
amor. Pensó hacerle un regalo que significara esto. Un hacha nueva relacionaría
todo con el trabajo; un pulóver tejido tampoco la convencía, pues ya le había
tejido pulóveres en otras oportunidades; una comida no era suficiente
agasajo...
Decidió
bajar al pueblo para ver qué podía encontrar allí y empezó a caminar por las
calles. Sin embargo, por mucho que caminara no encontraba nada que fuera tan importante
y que ella pudiera comprar con las monedas que, semanas antes, había ido
guardando de los vueltos de las compras pensando que se acercaba la fecha del
aniversario.
Al
pasar por una joyería, la única del pueblo, vio una hermosa cadena de oro
expuesta en la vidriera. Entonces recordó que había un solo objeto material que
él adoraba verdaderamente, que él consideraba valioso. Se trataba de un reloj
de oro que su abuelo le había regalado antes de morir. Desde chico, él guardaba
ese reloj en un estuche de gamuza, que dejaba siempre al lado de su cama. Todas
las noches abría la mesita de luz, sacaba del sobre de gamuza aquel reloj, lo lustraba,
le daba un poquito de cuerda, se quedaba escuchándolo hasta que la cuerda se terminaba,
lo volvía a lustrar, lo acariciaba un rato y lo guardaba nuevamente en el
estuche.
Ella
pensó: "Que maravilloso regalo sería esta cadena de oro para aquel
reloj." Entró a preguntar cuánto valía y, ante la respuesta, una angustia
la tomó por sorpresa. Era mucho más dinero del que ella había imaginado, mucho
más de lo que ella había podido juntar. Hubiera tenido que esperar tres
aniversarios más para poder comprárselo. Pero ella no podía esperar tanto.
Salió
del pueblo un poco triste, pensando qué hacer para conseguir el dinero necesario
para esto. Entonces pensó en trabajar, pero no sabía cómo; y pensó con un
cartel que decía: "Se compra pelo natural". Y como ella tenía ese
pelo rubio, que no se había cortado desde que tenía diez años, no tardó en
entrar a preguntar.
El
dinero que le ofrecían alcanzaba para comprar la cadena de oro y todavía
sobraba para una caja donde guardar la cadena y el reloj. No dudó. Le dijo a la
peluquera:
-
Si dentro de tres días regreso para venderle mi pelo, ¿usted me lo compraría?
-
Seguro - fue la respuesta.
-
Entonces en tres días estaré aquí.
Regresó
a la joyería, dejó reservada la cadena y volvió a su casa. No dijo nada.
El
día del aniversario, ellos dos se abrazaron un poquito más fuerte que de
costumbre. Luego, él se fue a trabajar y ella bajó al pueblo.
Se
hizo cortar el pelo bien corto y, luego de tomar el dinero, se dirigió a la
joyería. Compró allí la cadena de oro y la caja de madera. Cuando llegó a su casa,
cocinó y esperó que se hiciera la tarde, momento en que él solía regresar.
A
diferencia de otras veces, que iluminaba la casa cuando él llegaba, esta vez
ella bajó las luces, puso sólo dos velas y se colocó un pañuelo en la cabeza.
Porque él también amaba su pelo y ella no quería que él se diera cuenta de que
se lo había cortado. Ya habría tiempo después para explicárselo.
Él
llegó. Se abrazaron muy fuerte y se dijeron lo mucho que se querían. Entonces,
ella sacó de debajo de la mesa la caja de madera que contenía la cadena de oro
para el reloj. Y él fue hasta el ropero y extrajo de allí una caja muy grande
que le había traído mientras ella no estaba. La caja contenía dos enormes
peinetones que él había comprado... vendiendo el reloj de oro del abuelo.
Si
ustedes creen que el amor es sacrificio, por favor, no se olviden de esta
historia. El amor no está en nosotros para sacrificarse por el otro, sino para
disfrutar de su existencia.
LA
TRISTEZA Y LA FURIA
En
un reino encantado donde los hombres nunca pueden llegar, o quizás donde los
hombres transitan eternamente sin darse cuenta...
En
un reino mágico, donde las cosas no tangibles, se vuelven concretas. Había una
vez... un estanque maravilloso.
Era
una laguna de agua cristalina y pura donde nadaban peces de todos los colores existentes
y donde todas las tonalidades del verde se reflejaban permanentemente...
Hasta
ese estanque mágico y transparente se acercaron a bañarse haciéndose mutua
compañía, la tristeza y la furia.
Las
dos se quitaron sus vestimentas y desnudas las dos entraron al estanque.
La
furia, apurada (como siempre está la furia), urgida -sin saber por qué- se baño
rápidamente y más rápidamente aún, salió del agua...
Pero
la furia es ciega, o por lo menos no distingue claramente la realidad, así que,
desnuda y apurada, se puso, al salir, la primera ropa que encontró...
Y
sucedió que esa ropa no era la suya, sino la de la tristeza...
Y
así vestida de tristeza, la furia se fue.
Muy
calma, y muy serena, dispuesta como siempre a quedarse en el lugar donde está,
la tristeza terminó su baño y sin ningún apuro (o mejor dicho, sin conciencia
del paso del tiempo), con pereza y lentamente, salió del estanque.
En
la orilla se encontró con que su ropa ya no estaba.
Como
todos sabemos, si hay algo que a la tristeza no le gusta es quedar al desnudo,
así que se puso la única ropa que había junto al estanque, la ropa de la furia.
Cuentan
que desde entonces, muchas veces uno se encuentra con la furia, ciega, cruel,
terrible y enfadada, pero si nos damos el tiempo de mirar bien, encontramos que
esta furia que vemos es sólo un disfraz, y que detrás del disfraz de la furia,
en realidad... está escondida la tristeza.
AUTODEPENDENCIA
"Me
acuerdo siempre de esta escena:
Mi
primo, mucho más chico que yo, tenía tres años. Yo tenía uno doce... Estábamos en
el comedor diario de la casa de mi abuela. Mi primito vino corriendo y se llevó
la mesa ratona por delante. Cayó sentado de culo en el piso llorando.
Se
había dado un golpe fuerte y poco después un bultito del tamaño de un carozo de
durazno le apareció en la frente.
Mi
tía que estaba en la habitación corrió a abrazarlo y mientras me pedía que
trajera hielo le decía a mi primo: Pobrecito, mala la mesa que te pegó, chas
chas a la mesa..., mientras le daba palmadas al mueble invitando a mi pobre
primo a que la imitara... Y yo pensaba: ¿...? ¿Cuál es la enseñanza? La
responsabilidad no es tuya que sos un torpe, que tenés tres años y que no mirás
por dónde caminás; la culpa es de la mesa. La mesa es mala.
Yo
intentaba entender más o menos sorprendido el mensaje oculto de la mala
intencionalidad de los objetos. Y mi tía insistía para que mi primo le pegara a
la mesa...
Me
parece gracioso como símbolo, pero como aprendizaje me parece siniestro: vos
nunca sos responsable de lo que hiciste, la culpa siempre la tiene el otro, la
culpa es del afuera, vos no, es el otro el que tiene que dejar de estar en tu
camino para que vos no te golpees...
Tuve
que recorrer un largo trecho para apartarme de los mensajes de las tías del
mundo.
Es
mi responsabilidad apartarme de lo que me daña. Es mi responsabilidad
defenderme de los que me hacen daño. Es mi responsabilidad hacerme cargo de lo
que me pasa y saber mi cuota de participación en los hechos.
Tengo
que darme cuenta de la influencia que tiene cada cosa que hago. Para que las
cosas que me pasan me pasen, yo tengo que hacer lo que hago. Y no digo que
puedo manejar todo lo que me pasa sino que soy responsable de lo que me pasa
porque en algo, aunque sea pequeño, he colaborado para que suceda. Yo no puedo
controlar la actitud de todos a mi alrededor pero puedo controlar la mía. Puedo
actuar libremente con lo que hago. Tendré que decidir qué hago. Con mis
limitaciones, con mis miserias, con mis ignorancias, con todo lo que sé y
aprendí, con todo eso, tendré que decidir cuál es la mejor manera de actuar. Y tendré
que actuar de esa mejor manera. Tendré que conocerme más para saber cuáles son mis
recursos. Tendré que quererme tanto como para privilegiarme y saber que esta es
mi decisión. Y tendré, entonces, algo que viene con la autonomía y que es la
otra cara de la libertad: el coraje. Tendré el coraje de actuar como mi
conciencia me dicta y de pagar el precio. Tendré que ser libre aunque a vos no
te guste. Y si no vas a quererme así como soy; y si te vas a ir de mi lado, así
como soy; y si en la noche más larga y más fría del invierno me vas a dejar
solo y te vas a ir... cerrá la puerta, ¿viste? porque entra viento. Cerrá la
puerta. Si esa es tu decisión, cerrá la puerta. No voy a pedirte que te quedes
un minuto más de lo que vos quieras. Te digo: cerrá la puerta porque yo me
quedo y hace frío. Y esta va a ser mi decisión. Esto me transforma en una
especie de ser inmanejable. Porque los autodependientes son inmanejables.
Porque a un autodependiente solamente lo manejas si él quiere. Esto significa
un paso muy adelante en tu historia y en tu desarrollo, una manera diferente de
vivir el mundo y probablemente signifique empezar a conocer un poco más a quien
está a tu lado.
Si
sos autodependiente, de verdad, es probable que algunas personas de las que
están a tu lado se vayan... Quizás algunos no quieran quedarse. Bueno, habrá
que pagar ese precio también. Habrá que pagar el precio de soportar las
partidas de algunos a mi alrededor y prepararse para festejar la llegada de
otros (Quizás...)"
GALLETITAS
A
una estación de trenes llega una tarde, una señora muy elegante. En la
ventanilla le informan que el tren está retrasado y que tardará aproximadamente
una hora en llegar a la estación.
Un
poco fastidiada, la señora va al puesto de diarios y compra una revista, luego
pasa al kiosco y compra un paquete de galletitas y una lata de gaseosa.
Preparada
para la forzosa espera, se sienta en uno de los largos bancos del andén.
Mientras hojea la revista, un joven se sienta a su lado y comienza a leer un diario.
Imprevistamente la señora ve, por el rabillo del ojo, cómo el muchacho, sin decir
una palabra, estira la mano, agarra el paquete de galletitas, lo abre y después
de sacar una comienza a comérsela despreocupadamente.
La
mujer está indignada. No está dispuesta a ser grosera, pero tampoco a hacer de
cuenta que nada ha pasado; así que, con gesto ampuloso, toma el paquete y saca
una galletita que exhibe frente al joven y se la come mirándolo fijamente.
Por
toda respuesta, el joven sonríe... y toma otra galletita.
La
señora gime un poco, toma una nueva galletita y, con ostensibles señales de
fastidio, se la come sosteniendo otra vez la mirada en el muchacho.
El
diálogo de miradas y sonrisas continúa entre galleta y galleta. La señora cada
vez más irritada, el muchacho cada vez más divertido.
Finalmente,
la señora se da cuenta de que en el paquete queda sólo la última galletita. "
No podrá ser tan caradura", piensa, y se queda como congelada mirando
alternativamente al joven y a las galletitas.
Con
calma, el muchacho alarga la mano, toma la última galletita y, con mucha
suavidad, la corta exactamente por la mitad. Con su sonrisa más amorosa le
ofrece media a la señora.
-
¡Gracias! - dice la mujer tomando con rudeza la media galletita.
-
De nada - contesta el joven sonriendo angelical mientras come su mitad.
El
tren llega.
Furiosa,
la señora se levanta con sus cosas y sube al tren. Al arrancar, desde el vagón
ve al muchacho todavía sentado en el banco del andén y piensa: "
Insolente"
Siente
la boca reseca de ira. Abre la cartera para sacar la lata de gaseosa y se sorprende
al encontrar, cerrado, su paquete de galletitas. ¡Intacto!
QUIERO
Quiero
que me oigas, sin juzgarme. Quiero que opines, sin aconsejarme. Quiero que
confíes en mí, sin exigirme.
Quiero
que me ayudes, sin intentar decidir por mí
Quiero
que me cuides, sin anularme.
Quiero
que me mires, sin proyectar tus cosas en mi. Quiero que me abraces, sin
asfixiarme.
Quiero
que me animes, sin empujarme.
Quiero
que me sostengas, sin hacerte cargo de mí. Quiero que me protejas, sin
mentiras.
Quiero
que te acerques, sin invadirme.
Quiero
que conozcas las cosas mías que más te disgusten, que las aceptes y no
pretendas cambiarlas.
Quiero
que sepas, que hoy, hoy puedes contar conmigo. Sin condiciones.
AMARSE
CON LOS OJOS ABIERTOS
Quizás
la expectativa de felicidad instantánea que solemos endilgarle al vínculo de pareja,
este deseo de exultancia, se deba a un estiramiento ilusorio del instante de
enamoramiento.
Cuando
uno se enamora en realidad no ve al otro en su totalidad, sino que el otro
funciona como una pantalla donde el enamorado proyecta sus aspectos idealizados.
Los
sentimientos, a diferencia de las pasiones, son más duraderos y están anclados a
la percepción de la realidad externa. La construcción del amor empieza cuando
puedo ver al que tengo enfrente, cuando descubro al otro.
Es
allí cuando el amor reemplaza al enamoramiento.
Pasado
ese momento inicial comienzan a salir a la luz las peores partes mías que
también proyecto en él. Amar a alguien es el desafío de deshacer aquellas
proyecciones para relacionarse verdaderamente con el otro. Este proceso no es fácil,
pero es una de las cosas más hermosas que ocurren o que ayudamos a que ocurran.
Hablamos
del amor en el sentido de "que nos importa el bienestar del otro".
Nada
más y nada menos. El amor como el bienestar que invade cuerpo y alma y que se
afianza cuando puedo ver al otro sin querer cambiarlo.
Más
importante que la manera de ser del otro, importa el bienestar que siento a su
lado y su bienestar al lado mío. El placer de estar con alguien que se ocupa de
que uno esté bien, que percibe lo que necesitamos y disfruta al dárnoslo, eso
hace al amor.
Una
pareja es más que una decisión, es algo que ocurre cuando nos sentimos unidos a
otro de una manera diferente. Podría decir que desde el placer de estar con
otro tomamos la decisión de compartir gran parte de nuestra vida con esa
persona y descubrimos el gusto de estar juntos. Aunque es necesario saber que
encontrar un compañero de ruta no es suficiente; también hace falta que esa
persona sea capaz de nutrirnos, como ya dijimos, que de hecho sea una eficaz
ayuda en nuestro crecimiento personal.
Welwood
dice que el verdadero amor existe cuando amamos por lo que sabemos que esa
persona puede llegar a ser, no solo por lo que es.
"El
enamoramiento es más bien una relación en la cual la otra persona no es en
realidad reconocida como verdaderamente otra, sino más bien sentida e
interpretada como si fuera un doble de uno mismo, quizás en la versión
masculina y eventualmente dotada de rasgos que corresponden a la imagen
idealizada de lo que uno quisiera ser. En el enamoramiento hay un yo me amo al
verme reflejado en vos."
Mauricio Abadi.
ENAMORARSE
ES AMAR LAS COINCIDENCIAS, Y AMAR ES ENAMORARSE DE LAS DIFERENCIAS.
EL
VERDADERO VALOR DEL ANILLO
Un
joven concurrió a un sabio en busca de ayuda.
-
Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer
nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante
tonto. ¿Cómo puedo mejorar maestro? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?
El
maestro, sin mirarlo, le dijo:
-
¡Cuánto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mis
propios problemas. Quizás después... Si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría
resolver este tema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar.
-
E... encantado, maestro -titubeó el joven pero sintió que otra vez era
desvalorizado y sus necesidades postergadas-.
-
Bien -asintió el maestro-. Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño de
la mano izquierda y dándoselo al muchacho agregó: Toma el caballo que está allí
afuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo para pagar una
deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos
de una moneda de oro. Vete y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas.
El
joven tomó el anillo y partió. Apenas llegó, empezó a ofrecer el anillo a los
mercaderes. Estos lo miraban con algún interés hasta que el joven decía lo que
pretendía por el anillo. Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos
reían, otros le daban vuelta la cara y sólo un viejito fue tan amable como para
tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para
entregarla a cambio de un anillo.
En
afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre,
pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro, así
que rechazó la oferta.
Después
de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba en el mercado - más de cien
personas- y abatido por su fracaso, montó su caballo y regresó.
¡Cuánto
hubiese deseado el joven tener él mismo esa moneda de oro! Podría habérsela entregado
al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y su
ayuda.
-
Maestro -dijo- lo siento, no es posible conseguir lo que me pediste. Quizás
pudiera conseguir 2 ó 3 monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a
nadie respecto del verdadero valor del anillo.
-
¡Qué importante lo que dijiste, joven amigo! -contestó sonriente el maestro-
Debemos
saber primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero.
¿Quién mejor que él para saberlo? Dile que quisieras vender el anillo y
pregúntale cuánto da por él. Pero no importa lo que ofrezca, no se lo vendas.
Vuelve aquí con mi anillo.
El
joven volvió a cabalgar. El joyero examinó el anillo a la luz del candil, lo
miró con su lupa, lo pesó y luego le dijo:
-
Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender ya, no puedo darle más que
58 monedas de oro por su anillo.
-
¿¿¿¿58 monedas???? -exclamó el joven-.
-
Sí, -replicó el joyero -. Yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca
de 70 monedas, pero no sé... Si la venta es urgente...
El
joven corrió emocionado a casa del maestro a contarle lo sucedido.
-
Siéntate -dijo el maestro después de escucharlo -. Tú eres como este anillo:
una joya única y valiosa. Y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un
experto. ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu
verdadero valor?
Y
diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño de su mano
izquierda.
EL
PORTERO DEL PROSTIBULO
No
había en el pueblo un oficio peor conceptuado y peor pago que el de portero del
prostíbulo. Pero ¿qué otra cosa podría hacer aquel hombre?
De
hecho, nunca había aprendido a leer ni a escribir, no tenía ninguna otra
actividad ni oficio. En realidad, era su puesto porque sus padres había sido
portero de ese prostíbulo y también antes, el padre de su padre.
Durante
décadas, el prostíbulo se pasaba de padres a hijos y la portería se pasaba de
padres a hijos.
Un
día, el viejo propietario murió y se hizo cargo del prostíbulo un joven con
inquietudes, creativo y emprendedor. El joven decidió modernizar el negocio.
Modificó
las habitaciones y después citó al personal para darle nuevas instrucciones.
Al
portero, le dijo: A partir de hoy usted, además de estar en la puerta, me va a
preparar una planilla semanal. Allí anotará usted la cantidad de parejas que
entran día por día. A una de cada cinco, le preguntará cómo fueron atendidas y
qué corregirían del lugar. Y una vez por semana, me presentará esa planilla con
los comentarios que usted crea convenientes.
El
hombre tembló, nunca le había faltado disposición al trabajo pero.....
Me
encantaría satisfacerlo, señor - balbuceó - pero yo... yo no sé leer ni
escribir.
¡Ah!
¡Cuánto lo siento! Como usted comprenderá, yo no puedo pagar a otra persona
para que haga esto y tampoco puedo esperar hasta que usted aprenda a escribir,
por lo tanto...
Pero
señor, usted no me puede despedir, yo trabajé en esto toda mi vida, también mi
padre y mi abuelo...
No
lo dejó terminar.
Mire,
yo comprendo, pero no puedo hacer nada por usted. Lógicamente le vamos a dar una
indemnización, esto es, una cantidad de dinero para que tenga hasta que
encuentre otra cosa. Así que, lo siento. Que tenga suerte.
Y
sin más, se dio vuelta y se fue.
El
hombre sintió que el mundo se derrumbaba. Nunca había pensado que podría llegar
a encontrarse en esa situación. Llegó a sí casa, por primera vez desocupado.
¿Qué hacer?
Recordó
que a veces en el prostíbulo, cuando se rompía una cama o se arruinaba una pata
de un ropero, él, con un martillo y clavos se las ingeniaba para hacer un arreglo
sencillo y provisorio. Pensó que esta podría ser una ocupación transitoria
hasta que alguien le ofreciera un empleo.
Buscó
por toda la casa las herramientas que necesitaba, sólo tenía unos clavos
oxidados y una tenaza mellada.
Tenía
que comprar una caja de herramientas completa. Para eso usaría una parte del
dinero recibido.
En
la esquina de su casa se enteró de que en su pueblo no había una ferretería, y
que debía viajar dos días en mula para ir al pueblo más cercano a realizar la
compra.
¿Qué
más da? Pensó, y emprendió la marcha.
A
su regreso, traía una hermosa y completa caja de herramientas. No había
terminado de quitarse las botas cuando llamaron a la puerta de su casa. Era su
vecino.
Vengo
a preguntarle si no tiene un martillo para prestarme.
Mire,
sí, lo acabo de comprar pero lo necesito para trabajar... como me quedé sin
empleo...
Bueno,
pero yo se lo devolvería mañana bien temprano. Está bien.
A
la mañana siguiente, como había prometido, el vecino tocó la puerta. Mire, yo
todavía necesito el martillo. ¿Por qué no me lo vende?
No,
yo lo necesito para trabajar y además, la ferretería está a dos días de mula.
Hagamos
un trato - dijo el vecino- Yo le pagaré a usted los dos días de ida y los dos
de vuelta, más el precio del martillo, total usted está sin trabajar. ¿Qué le
parece?
Realmente,
esto le daba un trabajo por cuatro días... Aceptó. Volvió a montar su mula.
Al
regreso, otro vecino lo esperaba en la puerta de su casa.
Hola,
vecino. ¿Usted le vendió un martillo a nuestro amigo?
Sí...
Yo
necesito unas herramientas, estoy dispuesto a pagarle sus cuatros días de
viaje, y una pequeña ganancia por cada herramienta. Usted sabe, no todos
podemos disponer de cuatro días para nuestras compras.
El
exportero abrió su caja de herramientas y su vecino eligió una pinza, un
destornillador, un martillo y un cincel. Le pagó y se fue.
"...No
todos disponemos de cuatro días para compras", recordaba. Si esto era
cierto, mucha gente podría necesitar que él viajara a traer herramientas.
En
el siguiente viaje decidió que arriesgaría un poco del dinero de la
indemnización, trayendo más herramientas que las que había vendido. De paso,
podría ahorrar algún tiempo de viajes.
La
voz empezó a correrse por el barrio y muchos quisieron evitarse el viaje.
Una
vez por semana, el ahora corredor de herramientas viajaba y compraba lo que
necesitaban sus clientes.
Pronto
entendió que si pudiera encontrar un lugar donde almacenar las herramientas, podría
ahorrar más viajes y ganar más dinero. Alquiló un galpón.
Luego
le hizo una entrada más cómoda y algunas semanas después con una vidriera, el
galpón se transformó en la primera ferretería del pueblo.
Todos
estaban contentos y compraban en su negocio. Ya no viajaba, de la ferretería del
pueblo vecino le enviaban sus pedidos. Él era un buen cliente.
Con
el tiempo, todos los compradores de pueblos pequeños más lejanos preferían
comprar en su ferretería y ganar dos días de marcha.
Un
día se le ocurrió que su amigo, el tornero, podría fabricar para él las cabezas
de los martillos.
Y
luego, ¿por qué no? Las tenazas... y las pinzas... y los cinceles. Y luego
fueron los clavos y los tornillos.....
Para
no hacer muy largo el cuento, sucedió que en diez años aquel hombre se
transformó con honestidad y trabajo en un millonario fabricante de
herramientas. El empresario más poderoso de la región.
Tan
poderoso era, que un año para la fecha de comienzo de las clases, decidió donar
a su pueblo una escuela. Allí se enseñaría además de lectoescritura, las artes
y loas oficios más prácticos de la época.
El
intendente y el alcalde organizaron una gran fiesta de inauguración de la
escuela y una importante cena de agasajo para su fundador. A los postres, el
alcalde le entregó las llaves de la ciudad y el intendente lo abrazó y le dijo:
Es
con gran orgullo y gratitud que le pedimos nos conceda el honor de poner su
firma en la primera hoja del libro de actas de la nueva escuela.
El
honor sería para mí - dijo el hombre -. Creo que nada me gustaría más que
firmar allí, pero yo no sé leer ni escribir. Yo soy analfabeto.
¿Usted?
- dijo el intendente, que no alcanzaba a creerlo - ¿Usted no sabe leer ni
escribir? ¿Usted construyó un imperio industrial sin saber leer ni escribir?
Estoy asombrado. Me pregunto, ¿qué hubiera hecho si hubiera sabido leer y escribir?
Yo
se lo puedo contestar - respondió el hombre con calma -. Si yo hubiera sabido
leer y escribir... sería portero del prostíbulo!
LA
MIRADA DEL AMOR
El
rey estaba enamorado de Sabrina: una mujer de baja condición a la que el rey
había hecho su última esposa.
Una
tarde, mientras el rey estaba de cacería, llegó un mensajero para avisar que la
madre de Sabina estaba enferma. Pese a que existía la prohibición de usar el
carruaje personal del rey (falta que era pagada con la cabeza), Sabrina subió
al carruaje y corrió junto a su madre.
A
su regreso, el re y fue informado de la situación.
-¿No
es maravillosa?-dijo-Esto es verdaderamente amor filial. No le importó su vida
para cuidar a su madre!! Es maravillosa!
Cierto
día, mientras Sabrina estaba sentada en el jardín del palacio comiendo fruta,
llegó el rey. La princesa lo saludó y luego le dio un mordisco al último
durazno que quedaba en la canasta.
-¡Parecen
ricos!-dijo el rey.
-Lo
son- dijo la princesa y alargando la mano le cedió a su amado el último
durazno.
-¡Cuánto
me ama!-comentó después el rey-, Renunció a su propio placer, para darme el
último durazno de la canasta.¿no es fantástica?
Pasaron
algunos años y vaya a saber por qué, el amor y la pasión desaparecieron del
corazón del rey.
Sentado
con su amigo más confidente, le decía:
-Nunca
se portó como una reina… ¿acaso no desafió mi investidura usando mi carruaje?
Es más, recuerdo que un día me dio a comer una fruta mordida.
LA
CIUDAD DE LOS POZOS
Esta
ciudad no estaba habitada por personas, como todas las demás ciudades del
planeta.
Esta
ciudad estaba habitada por pozos. Pozos vivientes ...pero pozos al fin.
Los
pozos se diferenciaban entre sí, no solo por el lugar en el que estaban
excavados sino también por el brocal (la abertura que los conectaba con el
exterior). Había pozos pudientes y ostentosos con brocales de mármol y de
metales preciosos; pozos humildes de ladrillo y madera y algunos otros más
pobres, con simples agujeros pelados que se abrían en la tierra.
La
comunicación entre los habitantes de la ciudad era de brocal a brocal y las
noticias cundían rápidamente, de punta a punta del poblado.
Un
día llegó a la ciudad una "moda" que seguramente había nacido en
algún pueblito humano: La nueva idea señalaba que todo ser viviente que se
precie debería cuidar mucho más lo interior que lo exterior. Lo importante no
es lo superficial sino el contenido.
Así
fue como los pozos empezaron a llenarse de cosas. Algunos se llenaban de cosas,
monedas de oro y piedras preciosas. Otros, más prácticos, se llenaron de
electrodomésticos y aparatos mecánicos. Algunos más optaron por el arte y
fueron llenándose de pinturas , pianos de cola y sofisticadas esculturas
posmodernas. Finalmente los intelectuales se llenaron de libros, de manifiestos
ideológicos y de revistas especializadas. Pasó el tiempo.
La
mayoría de los pozos se llenaron a tal punto que ya no pudieron incorporar nada
más.
Los
pozos no eran todos iguales así que, si bien algunos se conformaron, hubo otros
que pensaron que debían hacer algo para seguir metiendo cosas en su interior...
Alguno
de ellos fue el primero: en lugar de apretar el contenido, se le ocurrió
aumentar su capacidad ensanchándose.
No
paso mucho tiempo antes de que la idea fuera imitada, todos los pozos gastaban
gran parte de sus energías en ensancharse para poder hacer más espacio en su
interior.
Un
pozo, pequeño y alejado del centro de la ciudad, empezó a ver a sus camaradas ensanchándose
desmedidamente. El pensó que si seguían hinchándose de tal manera, pronto se confundirían
los bordes y cada uno perdería su identidad...
Quizás
a partir de esta idea se le ocurrió que otra manera de aumentar su capacidad
era crecer, pero no a lo ancho sino hacia lo profundo. Hacerse más hondo en
lugar de más ancho.
Pronto
se dio cuenta que todo lo que tenia dentro de él le imposibilitaba la tarea de profundizar.
Si quería ser más profundo debía vaciarse de todo contenido...
Al
principio tuvo miedo al vacío, pero luego , cuando vio que no había otra
posibilidad, lo hizo.
Vacío
de posesiones, el pozo empezó a volverse profundo, mientras los demás se
apoderaban de las cosas de las que él se había deshecho...
Un
día, sorpresivamente el pozo que crecía hacia adentro tuvo una sorpresa: adentro,
muy adentro , y muy en el fondo ¡encontró agua!
Nunca
antes otro pozo había encontrado agua...
El
pozo supero la sorpresa y empezó a jugar con el agua del fondo, humedeciendo
las paredes, salpicando los bordes y por último sacando agua hacia fuera.
La
ciudad nunca había sido regada más que por la lluvia, que de hecho era bastante
escasa, así que la tierra alrededor del pozo, revitalizada por el agua, empezó
a despertar.
Las semillas de sus entrañas, brotaron
en pasto, en tréboles, en flores, y en troquitos endebles que se volvieron
árboles después...
La
vida explotó en colores alrededor del alejado pozo al que empezaron a llamar
"El Vergel".
Todos
le preguntaban cómo había conseguido el milagro. -Ningún milagro - contestaba el
Vergel- hay que buscar en el interior, hacia lo profundo... Muchos quisieron
seguir el ejemplo del Vergel, pero desandaron la idea cuando se dieron cuenta
de que para ir más profundo debían vaciarse.
Siguieron
ensanchándose cada vez más para llenarse de más y más cosas...
En
la otra punta de la ciudad, otro pozo, decidió correr también el riesgo del
vacío...
Y
también empezó a profundizar... Y también llegó al agua...
Y
también salpicó hacia fuera creando un segundo oasis verde en el pueblo...
-¿Qué
harás cuando se termine el agua?- le preguntaban. -No sé lo que pasará-
contestaba- Pero, por ahora, cuánto más agua saco, más agua hay. Pasaron unos
cuantos meses antes del gran descubrimiento.
Un
día, casi por casualidad, los dos pozos se dieron cuenta de que el agua que
habían encontrado en el fondo de sí mismos era la misma...Que el mismo río
subterráneo que pasaba por uno inundaba la profundidad del otro.
Se
dieron cuenta de que se abría para ellos una nueva vida. No sólo podían
comunicarse, de brocal a brocal, superficialmente, como todos los demás, sino
que la búsqueda les había deparado un nuevo y secreto punto de contacto:
La
comunicación profunda que sólo consiguen entre sí, aquellos que tienen el
coraje de vaciarse de contenidos y buscar en lo profundo de su ser lo que
tienen para dar...
UN
LUGAR EN EL BOSQUE
Esta
historia nos cuenta de un famoso rabino jasídico: Baal Shem Tov.
Baal
Shem Tov era conocido dentro de su comunidad porque todos decían que él era un
hombre tan piadoso, tan bondadoso, tan casto y tan puro que Dios escuchaba sus
palabras cuando él hablaba.
Se
había hecho una tradición en este pueblo:
Todos
los que tenían un deseo insatisfecho o necesitaba algo que no habían podido
conseguir iban a ver al rabino.
Baal
Shem Tov se reunía con ellos una vez por año, en un día especial que él elegía.
Y los llevaba a todos juntos a un lugar único, que él conocía, en medio del
bosque. Y una vez allí, cuenta la leyenda, que Baal Shem Tov armaba con ramas y
hojas un fuego de una manera muy particular y muy hermosa, y entonaba después una
oración en voz muy baja... como si fuera para él mismo.
Y
dicen... que Dios le gustaban tanto esas palabras que Baal Shem Tov decía, se
fascinaba tanto con el fuego armado de esa manera, quería tanto a esa reunión
de gente en ese lugar del bosque... que no podía resistir el pedido de Baal
Shem Tov y concedía los deseos de todas las personas que ahí estaban.
Cuando
el rabino murió, la gente se dio cuenta de que nadie sabía las palabras que
Baal Shem Tov decía cuando iban todos juntos a pedir algo...
Pero
conocían el lugar en el bosque. Sabían cómo armar el fuego.
Una
vez al año, siguiendo la tradición de Baal Shem Tov había instituido, todos los
que tenían necesidades y deseos insatisfechos se reunían en ese mismo lugar en
el bosque, prendían el fuego de la manera en que habían aprendido del viejo rabino,
y como no conocían las palabras cantaban cualquier canción o recitaban un salmo,
o sólo se miraban y hablaban de cualquier cosa en ese mismo lugar alrededor del
fuego.
Y
dicen... que Dios gustaba tanto del fuego encendido, gustaba tanto de ese lugar
en el bosque y de esa gente reunida... que aunque nadie decía las palabras adecuadas,
igual concedía los deseos a todos los que ahí estaban.
El
tiempo ha pasado y de generación en generación la sabiduría se ha ido
perdiendo...
Y
aquí estamos nosotros.
Nosotros
no sabemos cuál es el lugar en el bosque. No sabemos cuáles son las palabras.
Ni
siquiera sabemos cómo encender el fuego a la manera que Baal Shem Tov lo
hacía...
Sin
embargo hay algo que sí sabemos: Sabemos esta historia, Sabemos este cuento...
Y dicen... que Dios adora tanto este cuento... que le gusta tanto esta
historia... que basta que alguien la cuente... y que alguien la escuche... para
que Él, complacido, satisfaga cualquier necesidad y conceda cualquier deseo a
todos los que están compartiendo este momento... Amén... (Así sea...)
EL
MAESTRO SUFI
El
Maestro sufi contaba siempre una parábola al finalizar cada clase, pero los
alumnos no siempre entendían el sentido de la misma...
v Maestro
– lo encaró uno de ellos una tarde. Tú nos cuentas los cuentos pero no nos
explicas su significado...
-
Pido perdón por eso. – Se disculpó el
maestro – Permíteme que en señal de reparación te convide con un rico durazno.
-
Gracias maestro.- respondió halagado el
discípulo
-
Quisiera, para agasajarte, pelarte tu
durazno yo mismo. ¿Me permites?
-
Sí. Muchas gracias – dijo el discípulo.
-
¿Te gustaría que, ya que tengo en mi
mano un cuchillo, te lo corte en trozos para que te sea más cómodo?...
-
Me encantaría... Pero no quisiera abusar
de tu hospitalidad, maestro...
-
No es un abuso si yo te lo ofrezco. Solo
deseo complacerte...
-
Permíteme que te lo mastique antes de
dártelo...
-
No maestro. ¡No me gustaría que hicieras
eso! Se quejó, sorprendido el discípulo.
v El
maestro hizo una pausa y dijo:
-
Si yo les explicara el sentido de cada
cuento... sería como darles a comer una fruta masticada.
SIN
NOMBRE
Un
señor muy creyente sentía que estaba cerca de recibir una luz que le iluminara
el camino que debía seguir. Todas las noches, al acostarse, le pedía a Dios que
le enviara una señal sobre cómo tenía que vivir el resto de su vida.
Así
anduvo por la vida, durante dos o tres semanas en un estado semi-místico
buscando recibir una señal divina.
Hasta
que un día, paseando por un bosque, vio a un cervatillo caído, tumbado, herido,
que tenía una pierna medio rota. Se quedó mirándolo y de repente vio aparecer a
un puma. La situación lo dejó congelado; estaba a punto de ver cómo el puma, aprovechándose
de las circunstancias, se comía al cervatillo de un sólo bocado.
Entonces
se quedó mirando en silencio, temeroso también de que el puma, no satisfecho
con el cervatillo, lo atacara a él. Sorpresivamente, vio al puma acercarse al
cervatillo. Entonces ocurrió algo inesperado: en lugar de comérselo, el puma
comenzó a lamerle las heridas.
Después
se fue y volvió con unas pocas ramas humedecidas y se las acercó al cervatillo con
la pata para que éste pudiera beber el agua; y después se fue y trajo un poco
de hierba húmeda y se la acercó para que Y le contó lo que había visto en el
bosque.
El
sabio lo escuchó y luego dijo:
-
Quiero que sepas algo. Yo también soy un hombre muy creyente.
Dios
no manda señales en vano. Dios te mandó esa señal para que aprendieras.
El
hombre le preguntó:
-
¿Por qué me abandonó?
Entonces
el sabio le respondió:
-
¿Qué haces tú, que eres un puma fuerte y listo para luchar, comparándote con el
cervatillo?
Tu lugar es
buscar algún cervatillo a quien ayudar, encontrar a alguien que no pueda
valerse por sus propios medios.
ESTRELLITAS
Y DUENDES
"En
el país de los cuentos había una vez un pequeño duende. Un duende muy travieso
que siempre andaba riendo y saltando de un lado para otro... Vivía en una casita
toda rodeada de montañas. A su lado, un pequeño río que discurría plácidamente
por la falda de la ladera describiendo un paisaje difícil de imaginar... Lo que
más gustaba al duendecillo era ver como cada mañana, con los primeros rayos de sol,
todas las flores de su jardín iban abriendo una por una sus hojas… Uno de
aquellos días, como muchos otros, salió a pasear a la montaña. Y caminando
entre las rocas encontró una flor: era una flor preciosa, nunca había visto otra
de igual belleza. Le había cautivado tanto que paso toda la tarde mirándola. Era
maravillo so verla cuando se contorneaba cada vez que el viento acariciaba sus hojas.
Al
siguiente día y al siguiente, y al otro, volvió para estar a su lado y mirarla.
Un día como
tantos otros, nuestro duendecillo vio como de una de sus hojas caía una pequeña
lágrima. No entendía como la flor más maravillosa del mundo podía estar triste.
Se acercó a ella y le pregunto:
-"?Por que
lloras?".
Y
contesto la flor: "me siento triste aquí entre las rocas, sin nadie que me
mire salvo tu. Me gustaría vivir en un jardín como el tuyo y ser una más de
entrelas flores. Además, te concederé el deseo que mas quieras si me llevas
allí".
Fue entonces,
cuando el pequeño duende la tomo entre sus manos y con todo el cariño del mundo
la planto en el lugar más bonito de su jardín... Una vez cumplido el deseo, la
flor le dijo al duendecillo:
- "Y bien,
ahora que me has llenado de felicidad al traerme aquí, ?que es lo que más
deseas en este mundo?" Y el
duendecillo entonces, la miro fijamente y contesto:
- "Quiero
ser flor como tú para sentirme por siempre a tu lado". Y colorín colorado,
en el país de los cuentos, el final ha llegado.
SIN
QUERER SABER
Y
si es cierto que has dejado de quererme... yo te pido, ¡por favor, no me lo
digas!
Necesito
por hoy y todavía navegar inocente en tus mentiras...
Dormiré
sonriendo y muy tranquilo. Me despertaré bien temprano en la mañana.
Y
volveré a hacerme a la mar, te lo prometo...
Pero esta vez...
sin atisbo de protesta o resistencia naufragaré por voluntad y sin reservas en
la profunda inmensidad de tu abandono...
SIN
NOMBRE 2
En
un oasis escondido entre los más lejanos paisajes del desierto, se encontraba el
viejo ELIAHU de rodillas, a un costado de algunas palmeras datileras.
Su
vecino HAKIM, el acaudalado mercader, se detuvo en el oasis a abrevar sus
camellos y vio a ELIAHU transpirando, mientras parecía cavar en la arena.
-Que
tal anciano? La paz sea contigo.
-Contigo-
contesto ELIAHU sin dejar su tarea.
-Que
haces aquí, on esta temperatura, y esa pala en las manos?
-Siembro
- contesto el viejo.
-Que
siembras aquí, ELIAHU?
-Dátiles
-respondió ELIAHU mientras señalaba a su alrededor el palmar.
-¡Dátiles!-
repitió el recién llegado, y cerró los ojos como quien escucha la mayor
estupidez.
-El
calor te ha dañado el cerebro, querido amigo. Ven, deja esa tarea y vamos a la
tienda a beber una copa de licor.
-No
debo terminar la siembra. Luego si quieres, beberemos...
-Dime,
amigo: ¿Cuántos años tienes?
-No
se... sesenta, setenta, ochenta, no se... lo he olvidado... pero eso que
importa
-Mira
amigo, las datileras tardan más de 50 años en crecer y recién después de ser palmeras
adultas están en condiciones de dar frutos. Yo no estoy deseándote el mal y lo
sabes, ojalá vivas hasta los 101 años, pero tú sabes que difícilmente puedas
llegar a cosechar algo de lo que hoy siembras. Deja eso y ven conmigo.
-Mira Hakim, yo
comí los dátiles que otro sembró, otro que tampoco soñó con probar esos
dátiles. Yo siembro hoy, para que otros puedan comer mañana los dátiles que hoy
planto... y aunque solo fuera en honor de aquel desconocido, vale la pena
terminar mi tarea.
-Me
has dado una gran lección, ELIAHU, déjame que te pague con una bolsa de monedas
esta enseñanza que hoy me diste - y diciendo esto, HAKIM le puso en la mano al
viejo una bolsa de cuero.
-Te
agradezco tus monedas, amigo. Ya ves, a veces pasa esto: tú me pronosticabas
que no llegaría a cosechar lo que sembrara, parecía cierto y sin embargo, mira,
todavía no termino de sembrar y ya coseche una bolsa de monedas y la gratitud
de un amigo.
-Tu
sabiduría me asombra, anciano. Esta es la segunda gran lección que me das hoy y
es quizás más importante que la primera. Déjame pues que pague esta lección con
otra bolsa de monedas.
-Y
a veces pasa esto -siguió el anciano y extendió la mano mirando las dos bolsas
de monedas-: sembré para no cosechar y antes de terminar de sembrar ya coseche
no solo una, sino dos veces.
-Ya basta,
viejo, no sigas hablando. Si sigues enseñándome cosas tengo miedo de que no me
alcance toda mi fortuna para pagarte...
CODICIA
Cavando,
para montar un cerco que separara mi terreno del de mi vecino, me encontré
enterrado en mi jardín, un viejo cofre lleno de monedas de oro.
A
mí no me intereso por la riqueza, me intereso por lo extraño del hallazgo,
nunca he sido ambicioso y no me importan demasiado los bienes materiales, pero
igual desenterré el cofre.
Saqué
las monedas y las lustre. Estaban tan sucias las pobres... Mientras las apilaba
sobre mi mesa prolijamente, las fui contando...
Constituían
en sí mismas una verdadera fortuna. Solo por pasar el tiempo, empecé a imaginar
todas las cosas que se podrían comprar con ellas.
Pensaba
en lo loco que se pondría un codicioso que se topara con semejante tesoro. Por
suerte, por suerte... no era mi caso...
Hoy
vino un señor a reclamar las monedas, era mi vecino. Pretendía sostener en un
miserable que las monedas las había enterrado su abuelo, y que por lo tanto le
pertenecían a el.
Me
dio tanto fastidio que lo mate...
Si
no lo hubiera visto tan desesperado por tenerlas, se las hubiera dado, porque
si hay algo que a mí no me importa son las cosas que se compran con dinero, eso
sí, no soporto la gente codiciosa...
e) En primer lugar, la Descriptio puellae (los ocho
primeros versos: se describe el rostro de la mujer, su mirar, su cabello, su
cuello) y a continuación el Carpe diem ("coged de vuestra alegre primavera
/ el dulce fruto...").
f) La muerte de Elisa y la petición del pastor de
reunirse con ella para siempre.
g) Tercetos encadenados. 11A 11B 11A 11B 11C
11B 11C 11D 11C...
h) Lira. Su nombre procede del primer verso de la
Canción: "Si de mi baja lira..."
i) Dos cuartetos y dos tercetos. 11A 11B 11A 11B
11A 11B 11B 11A 11C 11D 11E 11D 11C 11E
j) Esta combinación de versos endecasílabos y
heptasílabos forman la estrofa llamada estancia. Y cuando, con otras, como es
el caso, se hallan dentro de una composición mayor, ésta recibe el nombre de
silva. El esquema métrico de la primera estancia es: 11A 11B 11C 11B 11A 11C 7c
7d 7d 11E11E 11F 7e 11F
k) Hipérbaton: "no pienses que cantado / sería de
mí, hermosa flor de Gnido, / el fiero Marte airado: no pienses, hermosa flor de
Gnido, que el fiero marte airado sería cantado de mí". Metáforas:
"coged de vuestra alegre primavera (juventud) / el dulce fruto" (el
amor y la belleza). "Cubra de nieve (canas) la hermosa cumbre"
(cabeza). Personificaciones: "sólo el monte oía"; "la sombra se
veía / venir corriendo apriesa".
Las aceitunas, de Lope de Rueda
a) Aloja, un vecino. Toruvio y Águeda, el matrimonio.
Mencigüela, la hija de ambos.
b) Porque oye muchas voces en la casa de Toruvio y
acude a poner paz.
c) Que las aceitunas han sido plantadas hoy y ya
quiere venderlas el matrimonio a precio diferente.
d) Mencigüela, la hija del matrimonio. Es un personaje
simple que no decide por sí mismo, sino que está al arbitrio de los caprichos
de los demás (en este caso, de sus padres).
e) Las aceitunas no están plantadas y Mencigüela ya ha
trabajado con ellas.
f) La nota común entre ambas obras reside en que los
personajes centrales de las mismas (doña Truhana en el cuento de don Juan
Manuel, y la pareja formada por Águeda y Toruvio en la obra de Rueda) hacen
planes reales a partir de elementos inexistentes (la primera, partiendo de la
leche que lleva al mercado, y los segundos de las aceitunas que acaban de
plantar).
g) Fanega es una medida de capacidad equivalente a
55,5 litros. Celemín es otra medida de capacidad más pequeña equivalente a poco
más de 4,5 litros. Renuevo es una ramita que brota del árbol después de la poda
(en este caso, de olivo), que aquí se usa para ser plantada. Las fanegas son
las que llevará al mercado Águeda, la madre de Mencigüela, y los celemines, las
catidades de aceitunas que venderá la muchacha a dos reales cada uno.
h) Las aceitunas son como nueces.La muchacha es como
un oro.
Teoría literaria
a) Primer verso: ocho; segundo: ocho (sinalefa en
dieaa); tercer verso: ocho (sinalefa en nea; y se suma una sílaba por acabar en
aguda: oír); cuarto verso: ocho (sinalefas en tue, naes, dea).
b) Asonante en los pares porque sólo coinciden al
final de los versos 2º y 4º las dos vocales a (baja-agua).
c) Consonante: el primer verso rima con el cuarto
(austera con guerrera) y el segundo con el tercero (Duero con Romancero)
d) Mis arreos son las armas (acentos en la 3ª y 7ª
sílabas) / mi descanso el pelear (lo mismo) / mi cama las duras peñas (acentos
en la 2ª y 7ª sílabas) / mi dormir siempre velar (acentos en la 3ª y 7ª
sílabas).
e) Una redondilla (8a8b8b8a) y una copla (8-8a8-8a)
f) Respuesta libre.
Evaluación unidades
a) El Humanismo es un movimiento cultural inmerso en
el Renacimiento que cultiva el estudio de las civilizaciones griega y latina,
considera al hombre como el centro del mundo y a la Naturaleza como el reflejo
de la belleza ideal y origen del desarrollo de las facultades humanas.
b) Canciones: Canción V, dirigida a la flor de Gnido,
una belleza napolitana a quien quería un amigo del poeta. Sonetos: el X, que
comienza "¡Oh dulces prendas, por mi mal halladas", escrito tras la
muerte de Isabel de Freyre. Églogas: la I, en la que dos pastores enamorados,
Salicio y Nemoroso, se lamentan, el primero por el menosprecio de que le hace
objeto Galatea, y el segundo por la muerte de Elisa.
c) Pedro Mexía, con su Silva de varia lección; Diego
Hurtado de Mendoza, con Historia de la guerra de Granada, o Gonzalo Fernández
de Oviedo, autor de Historia general y natural de las Indias.
d) Piezas breves de teatro que reflejan fielmente las
costumbres y la lengua del pueblo llano. La tierra de Jauja, Las aceitunas, Los
lacayos ladrones...
e) Se trata de una lira, estrofa compuesta de cinco
versos heptasílabos (el 1º, 3º y 4º) y endecasílabos (el 2º y 5º) que riman
consonantemente por un lado el 1º y el 3º, y, por otro, el 2º, 4º y 5º). El
esquema estrófico es 7a 11B 7a 7b 11B.
Comentario de texto literario
a) Pertenecen a la Égloga III. Es el bordado de una de
las cuatro ninfas del río en el que se representa la transformación en laurel
de Dafne tras ser acosada por Apolo.
b) Dafne es una ninfa a la que persigue sin cesar el
dios Apolo. Un día que está a punto de alcanzarla, Dafne pide ayuda a los
dioses y, acto seguido, se convierte en un laurel. Desde ese momento el dios
Apolo se toca con una corona confeccionada con hojas de ese árbol.
c) En la primera estrofa tiene lugar la persecución a
que somete Apolo a Dafne, que huye atemorizada. En la segunda tiene lugar la
transformación en laurel de Dafne y el lamento inútil del dios mientras besa y
abraza el tronco.
d) Primero los brazos, en ramas; después los cabellos,
en hojas; finalmente, los pies en raíces.
e) El odioso plomo que siente en el corazón Dafne es
la influencia negativa que el acoso de Apolo le inflige. Otro sentimiento
albergaría su pecho si Cupido, el dios del amor, le hubiera clavado una de sus
feclas de oro.
f) Los versos 15 y 16 muestran la paradoja del
sufrimiento de Apolo, pues al llorar por la transformación del cuerpo de Dafne
en madera lo que realmente hace es acelerar el crecimiento del árbol.
g) El contenido de los cuartetos y el de la segunda
octava real es semejante: expresan la transformación de Dafne en laurel
basándose en los cabellos y en los miembros superiores e inferiores. La forma
también es muy parecida : uso de endecasílabos (8 en uno y otro caso),
las rimas (las mismas formas verbales: pretéritos imperfectos de indicativo en
-ían y en -aban), el orden de los elementos que se transforman (brazos, cabello
y pies). La diferencia esencial estriba los dos últimos versos de la octava,
que, por otra parte, resumen el contenido de los dos tercetos del Soneto XIII:
el lloro de Apolo que acelera la transformación de la ninfa.
h) Se trata de una octava real, estrofa
importada de Italia con el Renacimiento junto con otras como el terceto o el
soneto. Son ocho versos endecasílabos que riman consonantemente respetando el
esquema siguiente: 11A 11B 11A 11B 11A 11B 11C 11C.
i) Hay encabalgamientos entre los versos segundo,
tercero y cuarto; y entre el séptimo y octavo. Son más suaves en el primer caso
(un poco más abrupto en "huye / como quien..."). Pero en todos
consigue dar mayor movimiento a la expresión.
j) Además de la sinalefa en "siente al pecho el
", la diéresis en "odïoso":
quien sien te- al pe cho-
el o dï o so plo
mo
1 2
3 4
5 6 7 8
9 10 11
j) En la primera octava real: blanco pie, áspero
camino; en la segunda: torcidas raíces, blancos
pies.
l) Se halla en "los cabellos, que vencer solían /
al oro fino". El término real es "cabellos" y
el
término imaginario "oro fino". Se trata de una metáfora muy empleada
en el tópico "descriptio puellae". En la expresión metafórica también
encontramos una personificación, en la atribución de una acción humana (vencer)
a un objeto (cabello).
m) Polisíndeton, que es a la vez anáfora, en la
conjunción "y" con que empiezan los versos 10 y 11; y
polisíndeton en los versos 14, 15 y 16.
n) Respuesta libre. No olvides referirte a la relación
entre el contenido de los versos y la forma y expresión empleadas para
vestirlo.
UNIDADES
Fray Luis de León
a) El río Tajo profetiza al rey Rodrigo, tras forzar
éste a la hermosa Caba, la derrota que sufrirá a manos de los moros y la ruina
que asolará a España como consecuencia.
b) Don Rodrigo retenía deshonestamente a Caba, hija
del conde don Julián. Éste, para vengarse, se alió con los musulmanes de África
y preparó su invasión a través del estrecho de Gibraltar. Resultado: derrota
del ejército godo y comienzo de la conquista peninsular.
c) Marte, el dios latino de la guerra, equivalente al
dios griego Ares (versos 15 y 61); Hércules, héroe latino, equivalente al
Heracles griego; aquí se refiere al puerto que llevaba su nombre (verso 45).
d) Llamas, dolores, guerras, muertes, asolamientos,
males, venganza, trompa, bandera, naves, velas, remos, espuela, hierro, loriga,
yelmo, cadena...
e) La lira. 7a 11B 7a 7b 11B
f) Personificación. El río Tajo adquiere forma
humana y toma la palabra ("el pecho sacó fuera / el río, y le habló
de esta manera"). "Al cielo toca / con temeroso son la trompa
fiera" (vs. 26 y 27), "la voz al cielo / confusa y varia crece"
(vs. 33 y 34), "el polvo roba el día y lo oscurece" (v. 35)...
g) "Al que viste loriga / al infante
valiente" (vs. 53, 54); "cuánto yelmo quebrado / cuánto
cuerpo..." (vs. 59 y 60).
h) Asíndeton: ausencia de conjunciones o nexos entre
las diversas proposiciones. La figura contraria es la polisíndeton. Un ejemplo
lo hallamos en los versos 33 a 35 ("la voz al cielo / confusa y varia
crece; / el polvo roba el día y lo oscurece").
i) Marte, el dios de la guerra, mantuvo indefinida la
batalla durante cinco días (luces); el sexto condenó a España a ser derrotada ("te
condena... a bárbara cadena").
San Juan de la Cruz
a) El Amado o Esposo. Le pregunta dónde se oculta y
por qué la abandonó huyendo despiés
de haberla herido de mor. Los
pastores. Les pide que le digan al Esposo, si lo ven, que por él sufre de
amores. Las criaturas. Les pregunta si lo han visto pasar.
b) La Naturaleza y su belleza son un reflejo de Dios.
Las gracias que derrama Dios sobre los elementos naturales son una prueba de
que son creación suya.
c) No quiere más mensajeros porque todos hablan de las
gracias que tiene el Amado, y eso acentúa su dolor; sólo curará su dolencia de
amor si el Amado hace acto de presencia.
d) "Y déjame muriendo / un no sé qué queda
balbuciendo". Se trata de una aliteración.
e) Comparación: "como el ciervo huiste"
(verso 3). Gradación: "decidle que adolezco, peno y muero" (16).
Polisíndeton: repetición de "y" (31, 33 y 34). Paradoja: "no
viviendo donde vives" (37). Antítesis: llagar- sanar (41 y 42).
Políptoton: has robado, robo, robaste (43 y 45). Metáfora: "y véante mis
ojos, / pues eres lumbre de ellos" (43 y 44).
f) En empleo del símbolo para trascender lo que parece
natural. Los "amores" simbolizan la unión del alma con Dios.
Los "montes" y "riberas", las oraciones y actividades
mortificadoras. Las "flores", las tentaciones. Las
"fieras", los "fuertes" y las "fronteras" son las
adversidades y sufrimientos que acosan al alma en sus trabajos, los cuales debe
vencer para consumar su deseo.
Teoría literaria
a) 1. Canción. 2. Elegía. 3.Epigrama. 4. Égloga. 5.
Oda
Evaluación unidades
Literatura
a) Se dio el nombre de Contrarreforma a la reacción
que la Iglesia efectuó en el siglo XVI contra la Reforma protestante de Lutero
y que remedió muchos abusos que había provocado esta última. Debido a la
Contrarreforma fueron revisados los valores espirituales y las costumbres de la
época, se reformaron algunas órdenes religiosas y se crearon otras. Además, con
el Concilio de Trento, convocado también por la Contrarreforma, quedó definida
la doctrina atacada por el protestantismo. Finalmente, originó una producción
de literatura religiosa muy importante (Fray Luis de León, Santa Teresa
de Jesús, San Juan de la Cruz), que posteriormente se enriqueció con los autos
sacramentales (Lope de Vega, Calderón).
b) Obra poética: Poesía original: Odas (A la vida
retirada, Profecía del Tajo, Noche serena, A Felipe Ruiz...). Poesía traducida
de la Biblia: Libro de Job, Salmos, Proverbios... Poesía traducida de los
clásicos: las Geórgicas y las Églogas de Virgilio, Odas de Horacio...
Obra en prosa: Exposición del libro de Job, La perfecta casada, Los nombres de
Cristo.
c) Las vías místicas eran los caminos que debía seguir
el alma para encontrar la unión con Dios. Se dieron en la llamada literatura
religiosa del siglo XVI y sus dos principales tendencias: la Ascética, que
correspondía con la primera vía: Purgativa, y la Mística, que abarcaba las
otras dos: la Iluminativa y la Unitiva. A Fray Luis podría considerársele
escritor ascético y a Santa Teresa y San Juan de la Cruz, místicos.
d) En San Juan de la Cruz domina el sabio empleo de la
lira para modular su elevada expresión, el misterio en exponer la experiencia
mística, las imágenes y el colorido de muchos de sus pasajes, y sobre todo el
uso de un recurso nuevo hasta entonces en nuestra poesía: el de los símbolos,
según los cuales la naturaleza es un reflejo del mundo espiritual del autor.
e) Oda: composición que trata con tono elevado y grave
lo mismo asuntos regiosos que profanos, pero siempre revelando el entusiasmo
del autor. Oda a Francisco Salinas, de Fray Luis de León. Elegía: composición
de tono melancólico y dolorido; trata temas relacionados con la muerte de un
ser querido, un fracaso de amor, etc. Coplas a la muerte de su padre, de Jorge
Manrique. Égloga: composición bucólica en la que, envueltos por una naturaleza
agradable, dos o más pastores confiesan sus cuitas amorosas. Égloga I, de
Garcilaso de la Vega.
Comentario de texto literario
a) Este fragmento de En la Ascensión, de Fray Luis de
León pertenece a la época de Felipe II, a la literatura religiosa que se da
durante ella, motivada por la labor de la Contrarreforma y el Concilio de
Trento. Se trata de una oda en liras, como todas las de Fray Luis, englobada en
el grupo de poesías originales del autor, junto con otras como A Felipe Ruiz o
A la vida retirada.
b) La idea central del fragmento es el sentimiento que
experimenta el hombre desterrado aquí en el mundo en contraste con el anhelo de
plenitud que sólo puede encontrarse en el cielo.
c) Según la Biblia, el Pastor es Jesús y la grey la
Iglesia que le sigue a todas partes. En los versos presentes el yo poético se
dirige a Jesús en su Ascensión a los cielos para lamentarse de la soledad en
que deja a los humanos tras su partida.
d) Con un valle hondo y oscuro en la primera lira, y
con un mar tempestuoso en la cuarta, mar que será difícil atravesar en una nave
sin brújula.
e) La nube de la última lira. Envidiosa en un
principio, no tiene motivos para ello pues se aleja enriquecida por los
resplandores que deja tras de sí la Ascensión de Jesús.
f) En la estructura interna del fragmento distinguimos
tres partes: la primera presenta el tema del abandono en general y abarca los
cinco primeros versos; la segunda parte desarrolla aspectos detallados de ese
sentimiento (la alegría convertida en tristeza, ausencia de la hermosura y la
voz divinas, la vida sin norte, como consecuencia) y abarca las estrofas 2 a 4;
por último, la tercera parte de la estructura interna o conclusión, expresa la
queja inconsolable del poeta ante el abandono en que ha quedado, y estaría
englobada en la última estrofa.
g) La estructura externa está compuesta de cinco
estrofas iguales. Dicha estrofa recibe el nombre de lira, estrofa de cinco
versos heptasílabos y endecasílabos que fue importada de Italia por Boscán y
Garcilaso. Su esquema métrico es 7a 11B 7a 7b 11B.
h) Empleando la forma verbal "rompiendo" en
el verso 4 (" y tú, rompiendo el puro..."), en vez de otras como
"cruzando" o "atravesando", que sería el lenguaje cotidiano
y común.
i) Acentúa lo hondo y oscuro del valle (de lágrimas)
en que se quedan desamparados los fieles empleando las vocales oscuras
"o" y "u".
j) Con las interrogaciones retóricas ( que no necesitan
respuesta), Fray Luis expresa una serie de afirmaciones de hechos
irremediables: en la primera estrofa, Cristo se ha ido y nos ha dejado para
siempre sumidos en este valle de lágrimas; en la tercera lira, los ojos, que un
día vieron la hermosura de Jesús, ya sólo verán desgracias, y los oídos sólo
escucharán desventuras; en la cuarta, nadie podrá remediar el estado negativo
en que ha quedado el mundo y nadie nos ayudará a lograr nuestra salvación...
Aumenta con ello el dolor inconsolable de la soledad en que el hombre ha
quedado tras la partida de Cristo.
k) Aliteración: "rompiendo el puro / aire"
(versos 4 y 5). Antítesis: "antes bienhadados" (felices)- "agora
tristes y afligidos" (vs. 6 y 7). Alegorías, o metáforas continuadas:
Pastor-grey (Cristo-Iglesia, vs. 1 y 2), mar-nave-puerto (mundo-alma-cielo, vs.
16 a 20). Perífrasis: el inmortal seguro: cielo (verso 5).
Admiraciones la repetición del "ay" de la última estrofa:
conclusión lamento, que no es otra cosa que la expresión del total desconsuelo
y desamparo del poeta.
UNIDADES
Lazarillo de Tormes
a) El ciego comparte un racimo de uvas con Lázaro
advirtiéndole que coma de una en una las uvas como él. Pero a las primeras de
cambio el ciego hace caso omiso de sus normas y come las uvas de dos en dos y
hasta de tres en tres; a lo que Lázaro responde del mismo modo hasta acabar con
el racimo. El ciego descubre al final que Lázaro le ha engañado.
b) Respuesta libre. Sugerencia: El engaño mutuo, Lucha
de mentiras. ¿Quién es más astuto?, etc.
c) Respuesta libre.
d) En la primera línea del texto leemos: "Y
porque vea vuestra merced a cuánto se extendía el ingenio...". Ese
"vuestra merced" es precisamente el destinatario de lo que se supone
la carta que le escribe Lázaro en su mayoría de edad para explicarle el
"caso".
e) No es la generosidad o "liberalidad",
como dice el ciego, la razón para repartir con el muchacho las uvas, sino el
estado en que se encontraban éstas, que si las echaba al fardel se desharían en
mosto. Lázaro añade que también lo hace para contentarle por los rodillazos y
golpes que le ha propinado durante la jornada.
f) En Almorox, en tiempos de la vendimia. Aparece un
vendimiador que le da como limosna al ciego un racimo de uvas.
g) La expresión es claramente irónica. Ya hemos dicho
que el autor emplea a veces este recurso para decirnos exactamente lo
contrario. Lázaro llama banquete a lo que aquí es producto de una
limosna: un racimo de uvas.
h) "Más da el duro que el desnudo". El ciego
le había dicho a Lázaro que iban a tierras de Toledo porque la gente era más
rica, aunque poco limosnera. Cabe deducir de ello que, a pesar de todo, algo
más dará el rico que el que no tiene nada para dar.
i) El ciego sabe que Lázaro le ha engañado porque
cuando él cogía las uvas de dos en dos o de tres en tres, el muchacho no decía
nada.
j) Uno de ellos puede ser el de servir el protagonista
a varios amos (en el último párrafo se alude a que éste es su primer amo); otro
rasgo sería el del vagar de un lugar a otro en busca de mejor vida; pero
no hay que olvidar uno de los más importantes: el relato en primera persona.
Teoría Literaria
a) Estructura: cronológica o lineal (introducción:
presentación del personaje que tenía una rosa que le había brotado del corazón
y era feliz; desarrollo: aparición del ángel Azrael que pone en peligro de
muerte a la rosa; el hombre acude a Dios en busca de ayuda; desenlace: Dios
hace que Azrael deje en paz a la rosa, ésta recobra la vida y, con ello, el
hombre su felicidad). Narrador: omnisciente, en tercera persona (también es
narrador interno y emplea la primera persona para contar el cuento al amigo
Pasapera). Personajes muy secundarios y fuera de la acción del cuento: el
autor-narrador del cuento y el receptor del mismo. Personajes principales:
protagonista, el hombre que tenía una rosa; y antagonista, el ángel
Azrael, que al mirarla pone en peligro la vida de la rosa. Personaje
secundario, pero importante porque sin él la acción no se desarrolla y llega a
su final: Dios. La rosa también podría considerarse un personaje importante. El
tiempo es indeterminado aunque cronológico y lineal, los hechos suceden de
principio a fin. El espacio es real y objetivo (la casa del hombre).
b) 1. Externo, omnisciente, en tercera persona. 2.
Interno, narrador protagonista, en primera persona. 3. Narrador que emplea la
segunda persona (usted).
Evaluación unidades
Literatura
a) La pastoril, la novela de caballerías y la
bizantina, entre otras. Se diferencian de la picaresca en que son idealistas,
frente al realismo de esta última; mientras aquellas tienen como potagonistas a
héroes y caballeros que se mueven por motivos nobles, visten lujosos ropajes y
recorren geografías exóticas, el protagonista de la picaresca es un antihéroe
cuyas motivaciones consisten en no pasar hambre, visten andrajos y se mueven en
lugares cercanos y realistas.
b) Un vagabundo ciego (Salamanca, Almorox, Escalona),
un clérigo miserable (Maqueda), un escudero vanidoso (Toledo), un fraile de la
Merced, un maestro de pintar panderos, un capellán, un buldero, un alguacil...
Finalmente, consigue un puesto de pregonero y se casa con la crida del
arcipreste de San Salvador.
c) Para explicar el "caso" a un Vuestra
Merced desconocido. Las malas lenguas dicen que la mujer de Lázaro se acuesta
con el arcipreste y, habiendo sido preguntado por aquél sobre la verdad del
asunto, el pícaro cuenta su azarosa vida hasta ese momento en que parece ser
muy feliz, pese a las calumnias de quienes lo quieren mal.
d) La historia, lo que se narra, y el discurso cómo se
narra o se organiza el material narrado (se llama también estructura), el
narrador y sus puntos de vista, los personajes, el espacio y el tiempo. Todos
intervienen en la narración y, según sus matices y clases, varían la forma de
ella.
e) Según la función que realizan los personajes en la
narración, pueden clasificarse en principales, secundarios, protagonistas,
antagonistas, etc.
Comentario de texto literario
a) Dentro de la novela picaresca, realista y
denunciadora de las lacras sociales del momento, y al lado de los otros tipos
de novela que eran meramente idealistas y parecían dar la espalda a la
realidad. Dentro de la propia novela, este pasaje cierra su convivencia con el
ciego; luego irá a Maqueda, donde servirá al clérigo.
b) Lázaro está decidido a vengarse del ciego por todo
lo que le ha hecho. Y como llueve mucho y el mendigo ha decidido recogerse en
la posada, para protegerse de la lluvia el muchacho, después de haberse puesto
él a buen recaudo, le hace saltar el arroyo que ha formado el agua que cae
justo en frente de un poste de los que aguantan los portales de la plaza donde
ambos se encuentran. El golpe recibido es tan fuerte que el ciego cae a tierra
malherido. Lázaro se ríe recordándole que podía haber olido el poste como
olió la longaniza. Después lo abandona mientras la gente va acudiendo adonde
está el caído.
c) Respuesta libre. Sugerencia: La Venganza de Lázaro.
d) El propio Lázaro. A quien vemos a estas alturas de
la novela, después de haber sufrido golpes, jarrazos y vejaciones del ciego,
lleno de rencor hacia su amo y dispuesto a vengarse de él de la forma más
cruel, como así hace.
e) Es el atardecer de un día lluvioso de invierno, y
la acción tiene lugar en una plaza de Escalona, junto a unos soportales.
f) Introducción: el primer párrafo nos presenta a los
dos personajes y plantea el problema que deben solucionar, marcharse a la
posada antes de que se haga de noche y arrecie más la lluvia. Desarrollo:
Lázaro y el ciego entablan una conversación sobre cómo salvar el arroyo que ha
formado la lluvia y Lázaro, a petición de su amo, lo coloca frente al poste
(desde "Para ir allá..." hasta "este cabo del agua").
Desenlace: el golpe tremendo del mendigo, la burla que hace el muchacho del olfato
de aquél, y el abandono final de Lázaro.
g) La importancia de los diálogos en estilo directo de
este pasaje estriba en que el lector ve a los dos personajes más vivos y más
cercanos a él y comprueba, por sus expresiones, cómo es cada uno de ellos, en
este caso asiste a la malicia que ha ido adquiriendo Lázaro en su contacto
continuado con el astuto ciego.
h) Por las reflexiones de Lázaro, vemos en primer
lugar la decisión firme que había tomado de vengarse del ciego y buscar otros
horizontes más halagüeños. Luego, cuando el ciego acepta pasar por donde le ha
dicho él que el arroyo es más estrecho, se alegra interiormente de que las
cosas le vayan saliendo bien y que su venganza podrá llevarla a cabo sin
grandes riesgos para su persona.
i) Hay un poliptoton o empleo de palabras de la misma
familia léxica nada más empezar y que acentúa las burlas de que Lázaro ha sido
objeto por parte del ciego hasta ese momento, motor de la venganza que piensa
tomar: "las malas burlas que el ciego burlaba de mí". Paronomasia en
"la noche más cierra, más recia". Vocabulario especial: aína
(pronto), postrer (último), se angosta (se estrecha), aparejo (conveniencia),
cabo (extremo); modismos: a pie enjuto (sin mojarse), en los pies de un trote
(corriendo). El chiste de oler la longaniza y no el poste. Comparaciones:
"póngome detrás del poste como quien espera tope de toro", "se
abalanza el pobre ciego como cabrón", "sonó tan recio como si diera
con una gran calabaza (hay que recordar que así empezó Lázaro su compañía con
el ciego en el toro de piedra del puente de Salamanca: allí fue Lázaro quien se
llevó el golpe); el humor y la ironía presentes en todo el pasaje. Abundancia
de formas personales de verbo y pronombres enclíticos : díjome, saquéle,
llevélo, etc.
j) Respuesta libre.
k) Respuesta libre.
UNIDADES
Cervantes
a) El marco espacio-temporal está indicado de manera
indeterminada y ambigua ("En un lugar de la Mancha...") y con
una alusión velada a algo que debió de ocurrirle al propio Cervantes
("...de cuyo nombre no quiero acordarme"), tal vez un tiempo de
prisión en una aldea de la Mancha (¿Argamasilla de Alba?)
b) En la primera, nos presenta a un hidalgo con la
lanza en astillero (estropeada o dejada de lado), y escudo antiguo; añade dos
detalles relacionados con sus animales: el caballo flaco y el galgo para la
caza (este segundo elemento saldrá a relucir más tarde). En la segunda, vemos
cómo es físicamente el hidalgo (tiene cincuenta años, de complexión fuerte,
delgado de cuerpo y de rostro) y conocemos dos costumbres: madrugar y cazar.
c) Las comidas más habituales eran las siguientes: más
vaca que carnero (en tiempos de Cervantes era la carne de la vaca menos
apreciada que la de carnero), salpicón (una comida de pobres que consistía en
pedacitos de tocino y de vaca condimentadas con cebolla, sal, vinagre,
etc), duelos y quebrantos (huevos fritos con torreznos), lentejas y algún
palomino de extra los domingos. La comida le reportaba las tres cuartas partes
de su hacienda. En cuanto a la vestimenta, sayo de paño negro, calzas y
pantuflos.
d) Sobre él existían diferencias entre los que
escriben la historia del personaje. Unos decían que era Quijada, otros Quesada,
aunque era más verosímil que se llamara Quejana. Pero Cervantes añade que lo
importante de la historia no es el nombre del hidalgo sino que lo que se diga
de él sea verdadero.
e) La caza fue sustituida por la lectura de libros de
caballerías. Para hacerse con el mayor número de libros de este tipo tuvo que
vender muchas hanegas de tierra de sembradura, con lo que su hacienda empezó a
ir a pique.
f) Feliciano de Silva, por la claridad de su
prosa, sus complejos argumentos y los pasajes de requiebros amorosos y
cartas de desafíos.
g) No sólo de leer tantos libros de caballerías de día
y de noche perdió el juicio nuestro hidalgo, sino también de su empeño por
desentrañar las razones que explicaban Feliciano de Silva y otros aurores en
sus libros, que ni el mismo Aristóteles, como dice Cervantes, habría sido capaz
de explicar.
h) Ambos se vuelven locos, pero la causa es diferente.
Si Tomás se cree hecho de vidrio es por una causa ajena a él, mientras que Don
Quijote, pierde el juicio por leer libros de caballerías.
i) Como un dechado de perfecciones tanto fisicas como
morales, pues ni el mundo al aire libre en que viven los gitanos deslustraron
la piel de su cara y de sus manos, ni la forma desvergonzada de vivir que
tienen ellos lograron que Preciosa perdiera un ápice de su noble ascendencia,
cortesía y honestidad.
Teoría literaria
a) 1. Mito: transformación de Medusa en piedra. 2.
Novela histórica: el personaje en primera persona, describe los
resultados de una batalla naval. 3. Cuento popular, con moraleja. 4. Mito:
transformación de Cipariso en ciprés.
Evaluación unidades
Literatura
a) La vida del Cervantes transcurre entre dos siglos:
el XVI, que es plenamente renacentista (ganas de vivir, influencias italianas
en los temas y las formas...), y el XVII, época del Barroco (desengaño,
desilusión, decadencia política, doctrinas de la Contrarreforma...).
b) Es sabido que Cervantes fue una persona con mala
suerte. Toda su vida fue una lucha contra el fracaso, pese a haber
triunfado con el Quijote. Ahí están sus estancias en la cárcel (su cautiverio
en Argel le marcó para siempre), unas debidas a su mala gestión y otras a las
circunstancias bélicas y a terceras personas. En cambio, se sintió honrado por
alguna desgracia sufrida, como la de ser herido en Lepanto.
c) Sugerencia. Obras poéticas: El Viaje al Parnaso
(asistencia a una asamblea de poetas presidida por Apolo; especie de crítica
literaria en verso). Epístola a Mateo Vázquez (tercetos dirigidos al secretario
de Felipe II para pedirle que interceda ante el rey para lograr su rescate y el
de los demás cautivos de Argel). Al túmulo de Felipe II (soneto con estrambote,
elogio de un soldado a la tumba del monarca español en Sevilla). Obras
dramáticas: entremés de El viejo celoso (adaptación de la novela ejemplar El
celoso extremeño: un viejo indiano se casa con una muchacha joven y, aunque la
encierra para que nadie enga acceso a ella, no puede evitar el adulterio de su
esposa con un pícaro). Las comedias Los baños de Argel (basada en sus recuerdos
de cautivo como Los tratos: un sacristán antisemita consigue con jugarretas que
los hebreros paguen su rescate al Cadí) y Pedro de Urdemalas (pícaro cínico e
ingenioso lucha para salir adelante en la vida sin lograrlo, aunque al hacerse
actor vive en las tablas cuanto deseaba ser y un horóscopo se lo había
predicho.
d) Las Novelas Ejemplares pueden clasificarse
atendiendo a las técnicas y puntos de vista empleados en ellas. Si la visión es
idealista y la vida se presenta bajo un prisma estilizado y exquisito,
encontramos novelas como La gitanilla, El amante liberal o La ilustre fregona
que podrían pertenecer al grupo con ese punto de vista. Y si, por el contrario,
la técnica y la visión del narrador son realistas y la vida en las novelas se
nos muestra como un reflejo de los vicios y virtudes de sus protagonistas,
formarían otro grupo bien distinto al que pertenecerían títulos como Rinconete
y Cortadillo, El coloquio de los perros o El licenciado Vidriera.
e) Primera parte: 52 capítulos, dos salidas de Don
Quijote. En la primera, tras haber decidido hacerse caballero andante y ser
armado caballero por un ventero que toma por el señor de un castillo, vive
algunas aventuras (Juan Haldudo, los comerciantes de Murcia...), un labrador de
su aldea lo devuelve a ella molido a golpes. En la segunda salida, acompañado
ya por su escudero Sancho, vuelve a vivir aventuras dispares (los molinos, el
vizcaíno, los conenados a galeras...) y, tras ser engañado por el cura y el
barbero, que están decidos a devolverle a su casa como sea, metido en una
jaula, regresa a su aldea. Segunda parte: 74 capítulos, tercera y última salida
de Don Quijote. Nuevas aventuras (encuentro con Diego de Miranda, el yelmo de
Mambrino, la cueva de Montesinos, el caballo Clavileño, el gobierno de Sancho
de la ínsula Barataria..., hasta el último combate contra Sansón Carrasco, que
en esta ocasión es el Caballero de la Blanca Luna, en el cual es vencido y,
como había pactado que con su derrota debía regresar a su casa, así lo hace;
allí enferma gravemente y, tras recobrar el juicio, hace testamento y muere.
f) La novela como género narrativo es el más complejo
e importante de todos. En ella se tratan los posibles problemas humanos vividos
por unos personajes definidos completamente en todos sus aspectos físicos y
psicológicos. La novela, así definida, puede ser de diversas clases: pastoril
(La Galatea de Cervantes es un buen ejemplo, donde unos pastores hablan de las
cuitas amorosas que les causa la pastora Galatea), caballeresca (Joanot
Martorell escribió una de las mejores novelas de caballerías más importantes,
Tirant lo Blanc), picaresca (con el Lazarillo empezó y continuó su camino con
el Guzmán, aunque entre el pícaro inocente de la primera, que sólo se mueve por
el hambre,y el pícaro de la segunda, delincuente y desvergonzado, hay mucha
diferencia), social (Dos días de septiembre, de Caballero Bonald), psicológica
(La Regenta, de "Clarín"), etc.
Comentario de texto literario
a) Dentro de la obra de Cervantes, el texto pertenece
a su faceta como novelista, cuando ya el autor está en plena madurez, pasada ya
la fiebre renacentista de La Galatea. El desengaño barroco está presente en el
fragmento que comentamos, que corresponde al Quijote, primera parte, segunda
salida, en la que ya le acompaña su escudero Sancho Panza y la realidad está
sujeta a constante mudanza, como el mismo caballero afirma al final de esta
conocida aventura de los molinos de viento.
b) Amo y escudero descubren en su camino unos cuantos
molinos de viento que Don Quijote confunde con gigantes, a los que debe
combatir a toda costa para quitarlos del mundo (en aquella época, recién
instaladas estas máquinas en el paisaje de la Mancha, debían de parecerles a
las pobres gentes engendros extraordinarios y sospechosos). Sin hacer caso a
Sancho, que le recuerda que aquellos no son gigantes sino molinos, Don Quijote arremete
con el primero que encuentra. Pero en ese momento el viento mueve las aspas con
tanta fuerza que, cuando el caballero las lancea, no puede evitar que una de
ellas lo derribe al suelo junto con su pobre Rocinante. Sancho acude a
socorrerle y le recuerda nuevamente lo de que eran molinos y no gigantes.
Entonces Don Qiuijote reacciona diciendo que el cambio de gigantes en molinos
(nótese que lo hace a la inversa) se debe a otro encantamiento del mismo sabio
que hizo desaparecer el aposento de los libros.
c) Estos son los dos planos que advertimos en la
presente aventura. Don Quijote transforma la realidad: ve gigantes en vez de
molinos. Sancho ve la realidad real. El primero, en vez de aspas ve brazos;
Sancho sólo ve lo que es, aspas que mueven con la fuerza del viento la piedra
que muele el grano en el interior del molino. Sólo tras el golpe, Don Quijote
invierte su realidad (la de los gigantes) en lo que cree cosa del sabio Frestón
(ha convertido los gigantes en molinos) para quitarle la gloria de haber
vencido a los gigantes.
d) Cree que las cosas de la guerra, como el caso
presente, están sujetas a constantes transformaciones. Además, piensa que
detrás de todo ello se halla Frestón, el mago que hizo desaparecer el aposento
de sus libros tras volver apaleado de su primera salida (cuando fueron el cura
y el barbero), el cual le ha convertido los gigantes en molinos para que no
saliera victorioso de la empresa.
e) Los gigantes son enemigos de los caballeros
andantes porque tienen prisioneras a las princesas de sus pensamientos.
Significan los problemas contra los que tienen que luchar para hacer valer la
verdad y la justicia sobre el mundo; de ahí que deban los caballeros andantes
extirparlos de raíz como malas simientes. En la mente de Cervantes, sin
embargo, debía de estar muy presente lo que significaban las máquinas de moler,
recién instauradas en Castilla, para las gentes sencillas y de poco seso. Se
juntan, pues, dos aspectos en uno: el literario y el de la vida corriente.
f) Podríamos dividir el texto en tres partes: en la
introducción, que abarcaría desde el principio hasta "desigual
batalla", asistimos al diálogo habido entre Don Quijote y Sancho sobre si
son molinos o gigantes lo que están viendo, y la decisión del primero de
presentarles batalla; en el desarrollo, que llegaría hasta "muy maltrecho
por el campo", vemos a Don Quijote espolear a su caballo para iniciar el
ataque, al viento mover las aspas al tiempo que el caballero lanceaba una de
ellas y, finalmente, la caída de Don Quijote a efectos del aspa que, empujada
con fuerza, rompió primero la lanza y luego echó a rodar por tierra al caballo
y al caballero; y el desenlace, hata el final, recoge la llegada de Sancho a
donde estaba su amo maltrecho para ayudarle y el diálogo habido entre los dos
personajes sobre la misma idea del principio, con la excepción de que Don
Quijote achaca su derrota, por un lado, a las características de las cosas de
la guerra, sujetas a mudamza siempre, y por otro, al sabio Frestón, que ha
cambiado los gigantes en molinos para desprestigiarle de nuevo.
g) El estilo directo se encuentra en los diálogos que
mantienen Don Qujote y Sancho (guiones, signos de interrogación y exclamación,
verbos de habla, pensamiento, etc., dos puntos después de éstos últimos,
parlamentos en tiempo presente, etc). El estilo indirecto se da cuando se
suprimen los dos puntos tras los verbos de habla y se sustituyen por la
conjunción "que", los guiones también desaparecen y las frases que
corresponderían a los parlamentos de los personajes varían los tiempos verbales
(especialmente, pretéritos imperfectos de indicativo y subjuntivo, aunque
también figuran otros tiempos). Ejemplos: De Sancho: "Advirtiéndole que
eran molinos de viento, y no gigantes, aquellos que iba a acometer."
"Le dije a vuestra merced que mirase bien lo que hacía, que no eran sino
molinos de viento..." De Don Quijote: "Pidiéndole que en tal
trance le socorriese..." "Pienso que aquel sabio Frestón (...) ha
vuelto estos gigantes en molinos."
h) Además de figurar palabras y expresiones propias de
los libros de caballerías, como aventuras, fiera y desigual batalla,
desaforados gigantes, dio de espuelas, encomendándose de todo corazón a su
señora Dulcinea, rodela, lanza en ristre, etc., están los parlamentos de Don
Quijote, que imitan los de los antiguos caballeros andantes: "Non fuyades
(palabras que ya no se usan en tiempos de Cervantes, por "no
huyáis"), cobardes y viles criaturas, que un solo caballero es el que os
acomete" O "Pues aunque mováis más brazos que el gigante Briareo (era
un gigante de cien brazos en los libros de caballerías), me lo habéis de
pagar" También, la alusión al sabio Frestón (imitación de los encantadores
enemigos de los caballeros andantes; un ejemplo, Arcaláus en el Amadís). O las
expresiones "quitarme la gloria de su vencimiento" y "han de
poder poco sus malas artes contra la bondad de mi espada."
i) Dentro del lenguaje llano, ajeno a toda afectación,
que caracteriza a Cervantes, se observa cómo adapta la lengua a los registros
de sus personajes: culto y a veces grandilocuente cuando habla Don Quijote, y
coloquial y familiar cuando lo hace Sancho. Respecto a los recursos propiamente
literarios descubrimos algunos: metáfora: mala simiente (por
"gigantes"); personificación (la bondad de mi espada); hipérbole
(brazos largos de casi dos leguas); comparaciones (los molinos de viento
parecen gigantes; las aspas, brazos); anáfora (ni oía las voces de su escudero
Sancho, ni echaba de ver)...
j) En los pasajes narrativos domina el pretérito
perfecto simple, que es el tiempo propio de la narración en pasado acabado, y
el pretérito imperfecto de indicativo, que indica simultaneidad del anterior
(dio, daba, eran, iba a acometer, oía, echaba de ver, estaba, iba
diciendo, levantóse, comenzaron a moverse, dijo, arremetió, embistió, volvió,
fue rodando, acudió, llegó, halló, podía... Unos y otros en tercera persona, la
más indicada para el narrador omnisciente que cuenta la historia. En los
diálogos, el tiempo más habitual es el presente en primera persona, para
adecuarse al personaje que habla, aunque también aparecen otros tiempos propios
de la función apelativa que domina en este tipo de elocución, como el
imperativo; también podemos encontrarnos otros tiempos verbales (el pretérito
perfecto simple cuando el interlocutor se refiere al pasado, por ejemplo): va
guiando, ves, se descubren, pienso, es , suelen tener, mire, parecen,
son, hacen, estás, tienes, ponte, voy a entrar...
k) Respuesta libre.
l) Respuesta libre.